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Estado de alerta en las cárceles de São Paulo por la huelga de funcionarios

Las amenazas del Gobierno de Brasil de eliminar una serie de privilegios no han bastado para disuadir de la huelga al 60% de los 15.000 agentes penitenciarios de las 74 cárceles del Estado de São Paulo, que están viviendo momentos de tensión y que se ven cercados por la policía militar por miedo a que se puedan desarrollar fugas o tumultos.

Los agentes, tras los graves incidentes de los meses pasados, cuando amotinamientos de presos en 19 cárceles produjeron decenas de muertos y heridos, no están dispuestos a seguir en la misma situación. En muchas ocasiones son víctimas de los presos más violentos, que acaban incluso decapitándoles. En otras son acusados de ser cómplices de los detenidos, favoreciendo sus fugas y la entrada de armas y drogas.

Desde que comenzó la huelga, a las 12 de la noche (hora local) del pasado jueves, los presos no pueden recibir visitas de familiares, amigos, abogados o capellanes religiosos. Tampoco pueden recibir comida de fuera, ni ropa ni siquiera jabón. Les está asegurada sólo la comida y el baño de sol diarios.

Estos agentes y funcionarios achacan la situación a las precarias circunstancias de muchas de las cárceles y a los sueldos irrisorios que ellos reciben, a pesar de dedicar muchas horas extraordinarias en las cárceles, donde viven continuamente situaciones de grave peligro. Piden al Gobierno un aumento del 28% de sus sueldos bajos, la reducción de horas de trabajo de 44 a 38, la jubilación a los 30 años de servicios, mayor seguridad en el interior de las cárceles y que se cree una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) para analizar en su conjunto las deficiencias en el sistema penitenciario. Por último, que se contraten a más agentes y funcionarios, sobre todo para las cárceles donde los presos se hacinan en un número veces diez veces mayor al estipulado.

Los agentes han presentado un proyecto al ministro de Justicia, José Gregori, para que aumente del 3% al 5% la cuota que del Fondo de las Loterías se dedica a las cárceles. El año pasado fueron destinados de este fondo 33,6 millones de euros.

Mientras tanto, se acaba de descubrir un túnel de 40 metros cerca de la Casa de Detención, en el tristemente famoso compleo carcelario de Carandiru, donde se hacinan más de 8.000 presos, en la ciudad de São Paulo. El pasaje subterráneo, destinado a la fuga de los detenidos más peligrosos, tenía 1,5 metros de diámetro; se estaba construyendo a partir de una casa y se dirigía a los pabellones 8 y 9, los más conflictivos. Parte del túnel poseía iluminación y ventilación artificiales y estaba siendo construido con madera y cemento.

La tensión ayer en el seno del Gobierno era muy alta, por miedo a que los detenidos puedan aprovecharse de la huelga para generar nuevos tumultos en el interior de las prisiones. La policía militar está movilizada en las puertas de todas las prisiones.

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