Eslovaquia quiere entrar en la UE con los primeros países del Este
'No estamos preparados para no ser invitados a ingresar en la Unión Europea, no hay razones para no ser invitados'. Así de tajante se mostró ayer el vicepresidente del Gobierno eslovaco, Pavol Hamzik. Eslovaquia, que se separó de la antigua Checoslovaquia en 1993 y no fue invitada a formar parte de la primera oleada de países del Este que deberían acceder a la UE -Polonia, Hungría, República Checa y Eslovenia-, ha optado por la vía de los hechos para lograr que su candidatura sea tomada en serio por los Quince. 'Tenemos el récord de rapidez negociando con la UE', destacó Hamzik. De los 16 capítulos de negociación abiertos, 10 ya han sido cerrados 'y queremos cerrar toda la negociación en 2002, para contar como fecha de adhesión real el 2004', añadió.
Tras la partición pacífica de Checoslovaquia, los eslovacos han visto cómo los checos han ingresado en la OTAN y han sido invitados con todos los honores a formar parte de la UE. Gran parte de la culpa es del ex jefe de Gobierno Vladímir Meciar (1993-1998), cuyo mandato se caracterizó por la falta de reformas democráticas, un nacionalismo exacerbado y la discriminación de las minorías étnicas. Meciar fue derrotado en las urnas en junio de 1999 por Rudolf Schuster. Con estos antecedentes, los Quince pusieron a Eslovaquia en la segunda división de países candidatos a la UE. 'No cumplíamos los criterios políticos', reconoció Hamzik, 'ahora los cumplimos'.
Así las cosas, los eslovacos -con una estratégica posición geográfica que permitirá reducir las fronteras de la UE en su zona de 1.700 kilómetros a tan sólo 98- han decidido cumplir con todos los criterios de adhesión, reformas constitucionales incluidas, para entrar en la UE al tiempo que sus vecinos. 'Ningún país podrá terminar de negociar antes de octubre de 2002. Nosotros hemos hecho un gran trabajo', explica Hamzik. Esto incluye el control de la inflación, la privatización de importantes sectores económicos y la integración económica y política con sus vecinos. Sin embargo, aún quedan espinosos temas en las negociaciones con Bruselas, en especial sobre agricultura y protección del medio ambiente.
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