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Masters de Augusta | GOLF

Sergio García descubre la paciencia

El jugador español termina la primera jornada con 70 golpes, dos bajo par

Carlos Arribas

Las nuevas bolas son casi perfectas. Son de una pieza, son de uretano, una sustancia química inventada por los alemanes en los años 30, vuelan y vuelan. Pero tienen un defecto, como descubrió ayer Sergio García, uno de sus usuarios y defensores: no obedecen a la voz.

García, el único español que había terminado la primera ronda del Masters de Augusta al cierre de esta edición, dio con la debilidad en el hoyo 15º. 'Nada más darle con el hierro 7 sentí que había dado un buen golpe, perfecto', cuenta el joven de Castellón (21 años), que acabó en 70 y bajó dos golpes el par del Augusta National Golf Club en una mañana calmada y cubierta. A cinco golpes del primer líder, un tal Chris di Marco, debutante en Augusta de 32 años, que le hizo nada menos que ocho birdies al campo (y un bogey) 'Ahora volará, me dije, y seguirá hasta el green. Pero no, la bola se quedó en el aire, como enganchada, aguantando, sin avanzar. Y yo le grité, vamos, vamos, sigue, pero claro, no me hizo caso'. La bola tenía ideas propias, como luego demostró. No llegó hasta el green, pero tampoco cayó directamente en el agua. No quería chapotear. 'Prefirió deslizarse lentamente, y eso me fastidió todavía más', siguió explicando García, que extrañó en exceso unos greens demasiado lentos, 'medio blanditos', una hierba húmeda que dejó en mal lugar la etiqueta de malditos que adorna de siempre estos lugares en el campo de Augusta. La bola de García en el 15º, en efecto, no llegó hasta el green, sino que aterrizó en el talud que enlaza el green con el Raes Creek, el arroyo que defiende uno de los hoyos más famosos de Augusta. 'Si hubiera ido directamente al agua, habría sido mejor, porque enseguida habría cambiado yo de sensaciones, pero como tardó tanto incluso me hizo concebir esperanzas de que aguantaría'. No aguantó. Agua. Drop. Bogey. El segundo bogey del día en los pares cinco (ningún birdie para compensar). Adiós a la piedra angular de la estrategia del Niño en Augusta. Mala noticia, pero, al mismo tiempo, excelente prueba de fuego.

Paciencia, paciencia, paciencia. La palabra se la ha grabado a fuego Sergio García, el nuevo Sergio García, el jugador de golf global; el crack que ha abandonado su presencia artesanal en el mundo del golf y ha puesto sus asuntos en manos de los de IMG, los agentes de las estrellas. Paciencia en Augusta: no tires a bandera, busca siempre un punto cuesta arriba, aguanta en los pares 3 y 4, pero si tienes oportunidad, haz birdies; y eso sí, a por el green de los pares 5 en dos, a nunca dar tres putts, al birdie seguro. Y Sergio García acabó en -2, pero con +2 en los pares 5, -3 en los pares 4 y -1 en los pares 3. Ilógico: pese a su potencia, pese a que el día no fue de viento, pese a la limpieza de su juego, Sergio García no alcanzó en dos golpes ningún green de los cuatro pares 5. 'Sí, pero también tuve mala suerte: el segundo hoyo fallé un putt facilísimo; en el octavo, me fui al búnker por cosa de medio metro; y en el 13º, lo mismo, me quedé colgando encima del agua, pero no me caí'.

Pero Sergio García, el huracán sin miedo que hace no tanto prometía y practicaba un juego directo: a bandera, a bandera, a bandera; el jugador de los estados de ánimo, ese jugador había decidido ser paciente y aguantar como fuera, 'frenando mis deseos, incluso'. 'Fue duro pasar el 15º y ver el bogey. Me sentí como alguien a quien le han robado dos golpes. Porque mucho hablar del 17º de Valderrama, de que si es un hoyo injusto y todo eso, y nadie dice eso del 15º de aquí, de Augusta. Y yo no digo que sea injusto, pero es igual que el de Valderrama, que tampoco es injusto. Y eso. Así que salí de allí bastante enfadado, pero me logré aguantar'.

No sólo se aguantó. Mejoró. Un gran putt en el 17º le hizo recuperar la moral. Y un birdie salvador en el 18º le permitió acabar el día con una sonrisa de oreja a oreja. 'Y como he jugado bien, le he dado bien, al fade, al draw, arriba y abajo, pues creo que para empezar no ha estado mal este -2. Y si sigo así, el domingo estaré ahí arriba'. Y Sergio García señala el enorme marcador, señala al lugar de Di Marco, el americano de Florida que sólo ha ganado una vez en el circuito de la PGA y que quiere acabar con la tradición de Augusta que dice desde 1984 que quien acaba líder el primer día no gana seguro.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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