Aceras con barreras
El pasado 13 de febrero tuvimos una hija, preciosa, por cierto. En cuanto nos fue posible la sacamos a pasear en su típico cochecito para bebés. Vivimos en una zona de Sevilla que consideramos privilegiada pero aún así no se hace fácil el susodicho paseo. Nos referimos a los escalones que hay en las aceras. No todos tienen el rebaje para facilitar su paso, los que lo tienen dejan, a veces, bastante que desear y esto siempre y cuando no hay un automóvil estratégicamente aparcado que impide o dificulta muchísimo el paso. Mi esposa y yo nos preguntamos: 'Si nos es complicado con un cochecito de bebé, ¿cómo lo será para una persona con una minusvalía que le obliga a ir en silla de ruedas?'.
La cuestión es que si nos jactamos de vivir en una ciudad con miras olímpicas y de futuro prometedor, mal vamos si no cuidamos al ciudadano que simplemente quiere pasear por sus calles. Y del ruido y de la falta de civismo a muchos niveles, ya hablaremos en otra ocasión.-