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Los inmigrantes del servicio doméstico deben esperar un año sus papeles

Múgica anunció la regularización en seis meses

El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, reflexionó el pasado viernes sobre el caso de una empleada de hogar que entró en España con visado de turista y está intentando regularizar su situación. La Ley de Extranjería le prohíbe trabajar y dice que si alguien la contrata puedo ser castigado con fuertes multas e incluso con la cárcel. La solución no es el despido, según Múgica. 'Hay que aprovechar la oferta del ministro y regularízarla'.

¿Cómo?, le preguntó este periódico. 'Hay que ir a la oficina de Extranjería de la calle Bretón de los Herreros y ya está'.

Múgica estaba optimista porque, según dijo, el Gobierno había aceptado varias de sus sugerencias para mejorar la situación de los inmigrantes. Entre otras cosas, el ministro del Interior le había prometido, según afirmó, regularizar 'en un plazo de entre uno y seis meses' a todos los que tuvieran una oferta de trabajo en el sector del servicio doméstico.

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Una comprobación sobre el terreno hecha por este periódico muestra que tal vez las esperanzas del Defensor del Pueblo respecto a la regularización de inmigrantes sin papeles era prematura.

En el área de Trabajo de la Oficina de Extranjería de la calle de Bretón de los Herreros, 41, en Madrid, están desbordados: 'Desde que el ministro dijo eso aquí no para de llamar gente. Pero no hay nada nuevo. A nosotros no nos han comunicado nada oficialmente. Todo sigue igual que antes', afirma una funcionaria.

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¿Qué quiere decir 'igual que antes'? 'Pues que debe usted recoger dos folletos: una solicitud de permiso de residencia y de trabajo y una oferta de trabajo. El primero debe rellenarlo la inmigrante y el segundo, usted. Cuando los tenga listos debe llamarnos por teléfono y pedirnos cita para entregarlos. Pero le advierto de que estamos dando cita para los meses de octubre y noviembre. Y que estamos tardando un mínimo de tres meses más en resolver los expedientes'. Es decir, que con un poco de suerte el máximo de seis meses prometido por el ministro a Múgica se convierten en diez.

¿Y mientras tanto la inmigrante puede seguir trabajando? 'Legalmente no'.

La situación es angustiosa para los miles de extranjeros que aspiran a regularizar su situación y que están trabajando ilegalmente. Pero también para los miles de españoles que les han contratado.

En la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros del pasado viernes, Rajoy reconoció que la labor de los empleados de hogar implicaba una fuerte dosis de confianza por parte de los empleadores. Muchos de ellos (la mayoría mujeres) cuidan de niños o de personas mayores que no pueden valerse por sí mismas. Si cumplieran la Ley de Extranjería, sus patronos deberían ponerles en la calle inmediatamente, hasta que regularizaran su situación. Pero, al mismo tiempo, necesitarían cubrir sus puestos con rapidez. En esas condiciones, sería difícil que se comprometieran a hacer una oferta de trabajo al - despedido.

El delegado no negocia

El viernes fue un día de promesas en la sede del Defensor del Pueblo. Si Rajoy se comprometió supuestamente con Múgica a que regularizaría a los trabajadores domésticos en breve, el Defensor del Pueblo prometió a varias decenas de inmigrantes que tomaron su sede que les conseguiría una entrevista con el delegado del Gobierno para la Extranjería, Enrique Fernández-Miranda.

Ahora la realidad deja en el aire las supuestas promesas de Rajoy, y Fernández-Miranda deshace las de Múgica. El delegado del Gobierno declaró ayer en Argentina: 'No voy a entablar ningún tipo de conversación con ningún grupo que mantenga actitudes de fuerza reclamando cualquier asunto o reivindicación'.

El viernes, el Defensor del Pueblo había recibido a los inmigrantes que entraron en su sede para pedirle que les consiguiera una entrevista urgente con Fernández-Miranda. Les firmó un documento en el que les prometía 'que intervendrá de inmediato para que dicha entrevista pueda celebrarse' esta semana. Y añadía: 'El Defensor garantiza que no se tomarán represalias de ninguna clase para con los participantes de esta acción pacífica y reivindicativa'.

Un portavoz de la oficina de Múgica relató a este periódico que el lunes el defensor envió un fax al depacho de Fernández-Miranda con la petición de sus patrocinados. Desde la Delegación del Gobierno le respondieron, también por fax, que el delegado se hallaba de viaje y no volvería a España hasta hoy, día 5. Múgica trasladó esta respuesta a los inmigrantes, que, también por fax, le agradecieron su gestión. No ha hecho falta esperar a que Fernández-Miranda aterrice en Barajas para conocer su respuesta a la petición del Defensor.

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