Un solo juez llevará todos los casos en que esté incurso un mismo maltratador

La iniciativa fue aprobada el pasado viernes por la Junta de Jueces de Instrucción de Madrid, y ayer la ratificó la Sala de Gobierno del Tribunal Superior, según explicó el juez decano de Madrid, Fernando Fernández Martín, miembro de la Sala de Gobierno del alto tribunal madrileño.

Hasta ahora, sucedía que las denuncias de este tipo, al igual que todas las que se presentan ante los órganos judiciales, se repartían entre los 46 juzgados de instrucción de Madrid. Ello daba lugar a que las denuncias contra un mismo agresor estuviesen desperdigadas y en manos de juzgados distintos. Y que, al ignorar los jueces la existencia de las otras denuncias, tramitasen la suya como una simple falta y no como un delito.

Ahora, la novedad es que estas denuncias no serán repartidas: todos los asuntos que afecten a una misma familia se acumularán en el juzgado que tramitó las primera denuncia. Ello permitirá al juez actuar con mayor contundencia contra los agresores domésticos habituales, ya que dispondrá en su ordenador del historial de esa familia.

Así, todo lo que suceda dentro de esa familia también lo tramitará el mismo juzgado, aunque transcurran años entre la primera y la segunda denuncia y con independencia 'del estado' en el que se hallen tales antedecedentes. Es decir, aunque la primera denuncia esté archivada, el juez, al llegarle la segunda o la tercera, también valorará todo lo anterior a la hora de tomar una decisión. En ese historial figurarán las agresiones que se produzcan 'entre cónyuges, entre éstos y sus hijos o, por línea colateral, entre hermanos', destaca el juez decano.

El objetivo es evitar que se produzcan situaciones como la vivida por María Barrero Beltrán, quien lleva 14 años visitando comisarías y diferentes juzgados en busca de ayuda para blindar su vida de las amenazas del que fue su marido. En su casa de San Cristóbal de los Ángeles (Madrid) acumula 40 denuncias, partes de lesiones, dos sentencias de divorcio del mismo matrimonio y otras dos en las que se impone a su ex marido que se aleje de ella. Todo ha sido inútil: más de una agresión fue tratada como un simple y aislado caso de juicio de faltas por jueces diferentes. Y así, todas las acciones que ha emprendido recibieron la misma advertencia de su esposo: 'María, o mía... o muerta'.

Fernández Martín dio instrucciones ayer a la oficina de registro penal de los juzgados (el lugar al que llegan todas las denuncias y desde el que éstas se reparten) para que se dé un tratamiento distinto a los casos de violencia familiar. Ante cualquier denuncia de esta índole, los funcionarios introducirán en el ordenador los datos de los implicados y, si ven que algún juzgado ha abierto diligencias en alguna ocasión contra ellos, enviará a ese mismo órgano judicial la nueva denuncia.

Juzgado de guardia

Esta medida es la segunda que aprueban en menos de una semana los jueces de la capital para combatir la violencia familiar. En la junta que celebraron el pasado viernes también aprobaron la creación de un cuarto juzgado de guardia, que se encargará, entre otros asuntos, de atender las denuncias sobre violencia doméstica justo en el momento en el que éstas se presenten.

A finales de 2000, la violencia doméstica se había cobrado en Madrid 19 víctimas mortales (11 más que en 1999), según datos facilitados por la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas y la de Mujeres Progresistas. En esa misma fecha se registraban, además, otros diez casos de menores de edad fallecidos a causa de la violencia en el hogar.

Un 33% de las mujeres maltratadas por sus maridos o compañeros ha denunciado más de una vez haber sido víctimas de agresiones familiares. La abogada Carmen Pujol analizó hace algo más de un año 587 denuncias por maltrato presentadas por 358 madrileñas defendidas por letradas de la asociación de mujeres juristas Themis. Una de las conclusiones de su estudio era que un 63% de esas 358 mujeres denunció sufrir malos tratos de forma habitual.