Kostunica critica la operación policial para detener a Milosevic

Advirtió a la comunidad internacional de que no aceptará chantajes, ni pondrá 'un puñado de dólares por encima de la dignidad nacional', y dijo que la colaboración con La Haya sería adecuada si se juzgaran también los crímenes de la OTAN. Kostunica se soltó el pelo ayer en Belgrado y lanzó sus dardos dialécticos en dos direcciones: hacia ese complejo magma que responde al nombre de comunidad internacional y abarca el Tribunal de La Haya, la OTAN y Estados Unidos, y también contra los que le siegan la hierba bajo sus pies en el interior del país, en concreto un sector de la Oposición Democrática de Serbia (DOS), en torno al primer ministro de Serbia, Zoran Djindjic.

En su declaración inicial ante la prensa, en el marco arquitectónico estaliniano del Palacio de la Federación en Nuevo Belgrado, Kostunica dijo para abrir boca que los 50 millones de dólares (cerca de 10.000 millones de pesetas) que EE UU aprobó para Yugoslavia son poca cosa comparados con la deuda de Occidente con Yugoslavia por los 78 días de bombardeos de la OTAN: 'Esa ayuda es pequeña. Se trata de 50 millones de dólares, una cantidad en extremo pequeña sólo si se compara con los grandes daños materiales causados a Yugoslavia por los bombardeos de la OTAN'. Ya embalado, siguió Kostunica: 'Se lo voy a recordar: 50 millones de dólares comparados con 30.000 millones de dólares (5,55 billones de pesetas) de daño total, según las evaluaciones del G17'. El G17 es el grupo de economistas opositor a Milosevic y actuales cerebros de los nuevos Gobiernos de Serbia y Yugoslavia.

Bombardeos de la OTAN

No obstante esas críticas a la ayuda de EE UU, considera Kostunica que la bendición de Washington 'nos posibilita una colaboración seria con el Fondo Monetario Internacional y con el Banco Mundial, sin la cual no podríamos sobrevivir y reconstruir la economía, arruinada por una política económica equivocada, por las sanciones internacionales y por los bombardeos de la OTAN'.

Al referirse al tema de la extradición de Milosevic a La Haya, no estuvo menos contundente Kostunica: 'La Haya no está en nuestros pensamientos, sobre todo en mis pensamientos, con todos los problemas que agobian a este país: Kosovo, Montenegro, la pobreza'. Según Kostunica, 'el tribunal de La Haya se deja llevar por la justicia selectiva. La justicia selectiva no es justicia'. Para Kostunica, 'la selectividad de la justicia, en este caso, radica en que ni una sola vez se planteó la cuestión de la responsabilidad de ninguna persona destacada ni de la parte croata, ni de la parte bosnia, ni de la parte albanesa, pero tampoco de la parte de la OTAN, porque la OTAN también es responsable de crímenes cometidos en 1999. Si se llegara a eso, se podría pensar en lo adecuado de la colaboración con La Haya'.

Se preguntó el presidente de Yugoslavia: '¿Qué clase de tribunal es ése, que juzga sólo por los crímenes cometidos en una guerra? ¿Cuántas guerras se hicieron en los últimos 50 años? ¿Cuántos crímenes se han cometido en distintas partes del mundo? Todo eso nos conduce a la idea de otro tribunal, el Tribunal Penal Internacional. Pero ese tribunal todavía no tiene el apoyo de la comunidad internacional, porque no tiene el apoyo de un país: Estados Unidos'.

Dignidad nacional

En otro momento de la conferencia de prensa recalcó Kostunica: 'Un puñado de dólares no pueden ponerse por encima de la dignidad nacional'. También afirmó el mandatario: 'Los chantajes no llevan a ninguna parte. Los chantajes sufrieron su peor derrota respecto a este país el 5 de octubre del año pasado . Entonces quedó claro que los chantajes, las sanciones internacionales, incluidas las bombas, 78 días de bombardeos contra Yugoslavia, resultaron más débiles que algo que era la voluntad del pueblo, expresada en las elecciones y la disposición del pueblo a defender esa voluntad en las manifestaciones que tampoco duraron mucho'.

Los palos en el campo propio se los llevaron los responsables de la acción policial contra Milosevic: 'La detención de Milosevic se realizó con bastante torpeza, así que fácilmente podría haber pasado que perdiéramos lo poco de la reputación que habíamos logrado recobrar desde octubre. Logramos salvar el Estado y logramos evitar la guerra civil. Así que el 30 y el 31 de marzo representan el segundo acto de nuestra revolución pacífica'.