'En la escuela no existe una educación para la no discriminación'
Fernando Bruquetas de Castro (Río de Oro, Sáhara, 1953) imparte Historia de la Marginación Social en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Cuando estudiaba en Madrid, su oposición al franquismo le llevó a la cárcel de Carabanchel. Después residió en París, Londres y Amsterdam. La editorial Hijos de Muley-Rubio acaba de publicarle Outing en España. Los españoles salen del armario. Jerónimo Saavedra, el ex ministro socialista de Educación que se reconoció homosexual, es el prologuista de un libro que pretende desterrar tópicos y luchar contra la homofobia desde la información.
Pregunta. ¿Existe hoy homofobia en España?
Respuesta. Sí, y la más hiriente es la homofobia cotidiana, la que se nota todos los días en pequeñas cosas. De la broma de la barra del bar se puede pasar fácilmente a la agresión verbal y de eso a la agresión física hay un paso. También es hiriente la homofobia de las propias leyes y comentarios de gentes como Jesús Cardenal, que se muestran contrarios las parejas de hecho porque argumentan que eso es de viciosos. La homofobia se sufre desde joven, cuando un adolescente empieza a descubrir su homosexualidad y se encuentra con una educación castrante y con frases del tipo 'antes muerto que maricón'.
P. ¿Realmente los españoles están saliendo del armario?
R. Sí. En los últimos años se está produciendo un proceso de visibilidad único en la historia de la homosexualidad. El homosexual dice que lo es, presume de ello y pide a quien lo sea que lo diga también. No se trata de una moda, es un proceso que responde a una estrategia para hacerse visibles porque es el único modo de reivindicar sus derechos. La prueba de que no es una moda es que haya políticos o militares que han reconocido ser homosexuales porque han considerado que podrían ser un referente positivo.
P. ¿Es más difícil para una mujer que para un hombre la homosexualidad?
R. Desde luego. La mujer lesbiana sufre una doble marginación, por ser mujer y por ser homosexual. Pero es que, además, no podríamos hablar de un proceso de equiparación de derechos en la homosexualidad si antes no hubiera existido un movimiento de liberación de la mujer. Creo que el colectivo homosexual nunca se habría planteado salir del armario si no hubiera existido una lucha previa por la liberación de la mujer. En el fondo homofobia y machismo son conceptos muy cercanos.
P. ¿Cómo ayuda el sistema educativo a combatir la homofobia?
R. En el tema de la docencia no se ha avanzado nada. En la escuela no existe realmente una educación para la no discriminación. Se perpetúa la idea de que las relaciones sexuales sirven exclusivamente para la reproducción.
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