El portavoz socialista de Sevilla, dispuesto a dimitir por el cambio de estrategia municipal
Monteseirín calla, mientras Carrillo habla de 'ingobernabilidad' en el Ayuntamiento
El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Sevilla se mostró indignado por 'la lectura interesada y frívola' que Carmelo Gómez expresó el pasado domingo en EL PAÍS y que 'pretende dar la imagen de un grupo socialista dividido entre conciliadores y beligerantes y de una dirección provincial que impone sus tesis al alcalde de Sevilla [Alfredo Sánchez Monteseirín] y al conjunto de los concejales socialistas'. Gómez aseguró que la estrategia de enfrentamiento con el PA la dicta su partido, que es el que 'manda dentro y fuera del Ayuntamiento'.
Sobre el fondo del asunto -el voto del PSOE a favor de una moción presentada por el PP en el último pleno- Carrillo afirmó que tuvo que aceptarlo 'como hecho consumado y que de ninguna manera' comparte.
'Ni el alcalde ni este portavoz nos sentimos derrotados en la partida de la confrontación interna, una partida que ni hemos jugado ni queremos jugar', continuó Carrillo, en una declaración formal en la que no permitió preguntas. Aludía a las secuelas del pasado congreso provincial en el que se alineó con la candidatura de los críticos, lo que ya entonces le valió reproches de sus compañeros de escaño.
Tras incluir en su bando a Sánchez Monteseirín, que guarda un absoluto silencio sobre la crisis, Carrillo reclamó de la dirección provincial socialista 'una rápida aclaración que ponga las cosas en su sitio'. Luis Navarrete, secretario general del PSOE en Sevilla, convocó para la tarde una reunión urgente con el grupo socialista, que no había concluido al cierre de esta edición, para aclarar lo sucedido. Antes de la cita, que empezó sin la presencia del alcalde, Navarrete calificó de 'tema personal' la posición de Carrillo que 'ni el grupo ni el partido conocía' y le negó el respaldo reclamado por el portavoz socialista. 'El partido no va a echar a nadie, pero cada uno es libre de decidir su futuro'. Navarrete también interpretó en clave interna lo que está ocurriendo y tras resaltar el apoyo que logró en el congreso enfatizó: 'No quiero pensar que haya compañeros que utilicen las diferencias de manera oportunista, para manifestar su desacuerdo' por los resultados de ese cónclave. También matizó lo dicho por Carmelo Gómez y aseguró que el PSOE 'ni dicta, ni manda, ni ordena' a sus grupos municipales, aunque sí marca 'estrategias globales'.
Carrillo confesó su 'hastío ante tanta pérdida de tiempo y energías'. 'No entiendo la política como una profesión y estoy en ella muy ligero de equipaje. Y, por supuesto, no voy a enrocarme en defensa de mi status político, estando plenamente y como siempre a disposición de mi partido', dijo.
Monteseirín, por su parte, mantiene un mutismo absoluto sobre la pelea que mantienen sus concejales y las diferencias con sus socios andalucistas, lo que le valió duras críticas de todos los frentes. Jaime Raynaud (PP), la andalucista Paola Vivancos y Luis Pizarro (IU) achacaron el silencio del alcalde a su incapacidad para hacer frente a la crisis por su 'dejación de funciones' y lo apuntaron como el 'único responsable'.
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