Igualdad de oportunidades

El SAT es gestionado por el College Board con preguntas elaboradas por profesores de enseñanza media de todo el país. Gaston Caperton, presidente del College Board, no admite las razones de parcialidad esgrimidas por Richard Atkinson.

'Es un test extremadamente justo', dice. 'Lo que no es justo es el sistema educativo de Estados Unidos, que no proporciona las mismas oportunidades a los niños. Prescindir del SAT es como si se prescindiera de las notas porque se ha decidido que no son un buen indicador'.

Lafayette College, una pequeña universidad, olvidó durante cinco años el SAT como medio de selección y sus responsables dicen que se sintieron perdidos ante estudiantes llegados de distintos colegios del país con diferentes baremos de calificación. 'El SAT nos daba un estándar coherente de valoración a nivel nacional', dice en Time Barry McCarthy, uno de los responsables.

El año pasado, Lafayette volvió a aplicar el SAT y el número de solicitudes de ingreso ascendió en un 14%, que McCarthy atribuye en parte a la calidad y objetividad que la sociedad norteamericana atribuye al test.

Richard Steele, responsable de admisiones de Bowdoin College, otra universidad de élite, pionera en tomar distancias con respecto al SAT, cree que prescindir de ese control sólo está al alcance de universidades pequeñas, que pueden escrutar directamente a los aspirantes. La Universidad de California, con 170.000 alumnos en sus nueve centros, recibió en 1999 65.000 solicitudes para cubrir 27.000 plazas.