Selección en Bolsa

Hace 25 años Michael Page era sólo el nombre de un contable británico. Un contable que tuvo la idea de crear una empresa de selección de personal especializada en directivos y mandos intermedios después de que algunos amigos le pidieran ayuda para buscar profesionales cualificados. Hoy ese contable es sir Michael Page, se jubiló hace cinco años apenas pasados los 50 y vive a medio camino entre Londres y el sur de España. Y su idea se ha convertido en una multinacional de los recursos humanos, presente en 16 países y con una facturación anual superior a los 113.600 millones de pesetas. Ese imperio vuelve ahora a la Bolsa de Londres.

En realidad la relación de Michael Page International, con la bolsa no es nueva. De hecho fue la primera empresa de selección de personal que salió al mercado. Sus acciones empezaron a cotizar en 1983, pero, cuando en 1997, fue adquirida por el grupo de recursos humanos norteamericano Spherion, salió del parqué. Ambas empresas parecían entonces perfectamente complementarias: Spherion, uno de los poderes mundiales del sector -casi 700.000 millones de pesetas de facturación anual-, practicaba un planteamiento muy generalista, tocando casi todos los palos de la gestión de personal, y era muy fuerte en Estados Unidos -más del 80% de su negocio sigue allí-. Este grupo quería desarrollarse en Europa, donde Michael Page tenía su feudo. Hoy las sinergias esperadas no se han producido, según el director general para España, Portugal y América Latina de Michael Page, Alexis de Bretteville.

Spherion, además, ha visto crecer su deuda por una política de expansión que ha incluido la fusión con otra empresa del sector, Norrell, completada en 1999. Sus acciones, que cotizan en la Bolsa de Nueva York, se han resentido. La venta del 100% de Michael Page mediante una oferta pública de venta es consecuencia de esa política, si bien ha sido una operación acordada con los directivos de Michael Page.

'La salida a bolsa es buena para ambas partes', asegura De Bretteville, para quien la cultura empresarial de ambas compañías era 'muy diferente', lo que impidió sacar todo el partido previsto a la unión, a pesar de lo cual Michael Page ha registrado un crecimiento en su facturación cercano al 30% en los últimos tres años.

Los directivos de Michael Page quieren aprovechar el momento para recuperar la autonomía perdida. Y de hecho el 18,3% de las acciones quedarán en manos de éstos y del resto de empleados de la compañía. A pesar del optimismo, el momento elegido por ambas partes para sellar su independencia no es el mejor. Las bolsas andan revueltas, por lo que los colocadores han preferido fijar a la baja el precio de salida de las acciones. Un 7,5% por debajo incluso de la banda anunciada hace unas semanas. La evaluación final de la compañía se ha quedado en 656 millones de libras (unos 177.000 millones de pesetas), cuando el precio orientativo antes de fijar el precio casi duplicaba esa valoración hasta los 940 millones de libras.

En España, donde la empresa está a punto de cumplir cuatro años, la operación es vista como un estímulo por los directivos y una vuelta a los principios con los que fue fundada la compañía: profesionalidad, rapidez e independencia.