Jordi Pujol anuncia que no volverá a concurrir a las elecciones
El presidente catalán proclama sucesor a Mas el día en que UDC y CDC anuncian su federación
Jordi Pujol pasó ayer oficialmente el testigo a su delfín Artur Mas. Pujol anunció, el mismo día en que Unió y Convergència sellaban el pacto de su renovada unión, que no volverá a presentarse a otros comicios autonómicos después de 21 años como presidente de la Generalitat. Tras ser revalidado en seis ocasiones por las urnas -tres por mayoría absoluta- y con una exigua mayoría parlamentaria que lo somete al Partido Popular, Pujol advirtió de que esta decisión no supone ni su 'retiro' de la vida política ni que vaya a convocar elecciones anticipadas, para desazón de la oposición política catalana.
Este anuncio, no por esperado, no dejó de causar extrañeza en las filas nacionalistas, sobre todo en las democristianas. Pujol escogió una jornada en que todas las miradas estaban puestas en el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, convertido en el número dos -secretario general- de la federación que constituirán Unió y Convergència. Y Pujol proclamó que el conseller en cap de su Gobierno y secretario general de CDC, Artur Mas, será el próximo presidenciable en las elecciones de 2003. Una decisión que, según el pacto de federación suscrito ayer, tenían que tomar ambos partidos. Si Duran debía acaparar toda la atención, Pujol ya se encargó ayer de neutralizarla. No pudo elegir mejor día para divulgar una noticia ampliamente conocida.
'Yo me sentiría capaz de volver a presentarme en 2003, y de intentar volver a ganar', afirmó un desafiante Pujol, pero con vistas a las futuras elecciones 'es mejor que determinadas responsabilidades empiecen a ser asumidas por otros'. Este 'otros' no es nadie más que Artur Mas, aupado ayer como candidato a la presidencia de la Generalitat sin más requisitos que la bendición de Pujol.
Y es que los democristianos de Unió han conseguido situar a Duran Lleida en la secretaría general de la refundada CiU, pero como contrapartida han tenido que aceptar a Mas como heredero de Pujol. El presidente dispondrá de voto de calidad en la futura Ejecutiva paritaria entre ambos partidos y es del todo previsible que, en circunstancias polémicas, se decante por los suyos.
Los consejos nacionales de UDC y CDC -máximos órganos de decisión entre congresos- debatieron ayer el nuevo protocolo de relaciones que las dos formaciones deberán aplicarse a partir de mañana. Si las nuevas estructuras organizativas -de carácter paritario y con toma de decisiones mediante una mayoría cualificada del 70%- dan buenos resultados, Unió y Convergència se convertirán en una federación de partidos el próximo mes de diciembre. En 2004 deberán negociar una posible fusión con CDC, para contrariedad de los democristianos, opuestos siempre a esta medida y cuyos dirigentes se esforzaron ayer en relativizar.
Fusión encubierta
Los militantes de Unió, el hermano menor de la coalición nacionalista, son los más suspicaces a cualquier maniobra de mayor imbricación con sus socios de Convergència porque temen que una 'fusión' suponga a la práctica una absorción encubierta. Ayer, en el consejo nacional de UDC, las voces más críticas al pacto se refirieron a la pérdida de soberanía. El acuerdo con Convergència, aunque rechaza la militancia conjunta, prevé esta posible fusión en 2004 y la creación, inmediata, de sedes territoriales compartidas. Un pacto de 15 folios no liquida 23 años de mutuos recelos.
El consejo nacional de Unió aprobó por 200 votos a favor, 8 en contra y 31 abstenciones, el nuevo marco de relaciones. CDC deberá convocar un congreso extraordinario para revalidarlo.
Con este pacto, que se firmará de forma oficial después de Semana Santa, los democristianos ganan mayor representatividad en las candidaturas electorales. Cuando no encabecen las listas, ocuparán el segundo puesto, por ejemplo en las autonómicas o generales. Se liquida también el sistema de cuotas (75% de los puestos para CDC y 25% para UDC) y se opta por que asambleas de militantes aprueben las candidaturas. Los de Unió también podrán encabezar la lista municipal por Barcelona o la del Congreso de los Diputados. Con toda seguridad será la primera opción, porque los convergentes quieren para sí el poder que confiere Madrid. Los acuerdos han sido fruto de las negociaciones entre Xavier Trias, por CDC, y la democristiana Núria de Gispert.
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