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Entrevista:JOSEP LLUÍS MIRALLES | COMISIÓN DE LA 'INICIATIVA PER L'HORTA'

'La huerta de Valencia es una tierra mítica, real y viva'

Colectivos ecologistas, asociaciones de vecinos y sindicatos se han agrupado en una plataforma (http://www.perlhorta.org) y han salido a la calle para conseguir las 50.000 firmas necesarias que permitan la tramitación por iniciativa popular de una ley que declare a la huerta de Valencia espacio natural protegido. Josep Lluís Miralles es uno de los miembros de la comisión promotora de la Iniciativa Legislativa Popular per l'Horta. Tiene 47 años, dos hijos y es profesor de urbanística y ordenación del territorio en la Universidad Politécnica de Valencia.

Pregunta. ¿Qué hace un ingeniero de caminos canales y puertos en un colectivo de defensa de la huerta? ¿Eso no es como ser militar y hippy?

Respuesta. Entre los ingenieros de caminos existe una cierta tradición de preocupación por lo social que no por minoritaria es menos real. Esta tradición la encarnan personajes como Ildefonso Cerdá o como José Antonio Fernández Ordóñez, recientemente fallecido. Al fin, el urbanismo, la ordenación del territorio o la obra civil sólo pueden tener un fin último cual es facilitar el progreso de la sociedad en general, entendido en un sentido amplio, no como beneficio monetario inmediato y personal.

P. ¿Cuál es la principal amenaza a la huerta?

R. Desde los años sesenta hasta la actualidad, la gran amenaza es sobre todo, la ciudad de Valencia, pero también la totalidad del resto de núcleos urbanos del área metropolitana se han expandido ocupando y transformando los espacios de huerta. Los poderes públicos no han sido capaces de orientar los intereses inmobiliarios hacia otras zonas y evitar la desaparición de éste patrimonio de todos que es la huerta.

P. ¿El hecho de que recurran a la iniciativa popular es un fracaso del parlamentarismo?

R. No necesariamente. Nosotros planteamos una propuesta de ley para abordar un problema por resolver. Y la respuesta de la población demuestra que siente lo mismo que las personas de la Plataforma per un Cinturó d'Horta que hemos promovido esta iniciativa. Queremos generar unas condiciones que obliguen a abordar con rigor la salvaguarda de nuestro patrimonio colectivo.

P. ¿Por qué dice eso, tantas firmas están recogiendo?

R. En la primera semana de la campaña se distribuyeron 10.000 pliegos con 17 posibles firmas en cada uno. 5.000 más se han repartido después de Fallas. Otros 5.000 están en las Cortes para ser sellados y tenemos previsto distribuir otros 10.000 más. La demanda de pliegos para recoger firmas, nos ha desbordado literalmente. Se ha generado un movimiento muy amplio, espontáneo y maduro a favor de la iniciativa. Queremos recoger mucho más de 50.000 firmas.

P. El sector de la construcción está considerado la locomotora económica. ¿Hasta qué punto la moratoria urbanística que proponen puede afectar a la economía de los pueblos de la comarca?

R. La moratoria de licencias urbanísticas se prevé en la ley para un año más otro año y sólo de manera excepcional, por decisión del propio Gobierno, se admite hasta tres. La suspensión de licencias afectaría básicamente al suelo que actualmente es suelo de huerta pero no a aquel que ya ha sido urbanizado y donde la huerta, lamentablemente, ya ha desaparecido.

P. ¿Han hecho algún estudio sobre el impacto económico?

R. No hay estudios, pero parece ser que estamos entrando en una dinámica de urbanización sin edificación, es decir, que se construyen las calles pero no los edificios porque en l'Horta no hay tanta demanda de viviendas. Nos oponemos a que se urbanicen los espacios de huerta, es decir, a la destrucción de nuestro patrimonio y esa oposición es progreso.

P. ¿Cuánta huerta se ha perdido desde los años sesenta?

R. De la huerta histórica, que es la que rodea Valencia, la mitad ha desaparecido y la que queda se encuentra ya casi rodeada de ciudades.

P. En la propuesta de ley se habla también de explotación turística de los espacios naturales ¿La huerta es otra tierra mítica?

R. La huerta es, además de un espacio productivo e histórico, un lugar para disfrutar. Para disfrutar de su vista, de sus fragancias, de su ambiente. Es una tierra mítica colectiva, real, viva y al alcance de nuestra mano.

P. ¿Los adosados son una plaga? ¿Puede la huerta ser víctima de una población urbana que se traslada al campo por una idealización romántico ecológica?

R. Los adosados, como tantas cosas, no son ni buenos ni malos en sí mismos. Pero si se extienden tanto que hacen desaparecer la razón por la cual la población busca adosados, se convierten en plaga. Pero pueden localizarse en los bordes de l'Horta.

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