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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

¿Hasta cuándo?

El 28 de febrero hemos celebrado en Andalucía, con la pompa formal y solemne que le es propia a este tipo de acontecimientos, el día de nuestra comunidad autónoma.

Que duda cabe que para todos aquellos que nos sentimos andaluces de cuerpo, alma y corazón, así como para los que no, pero que al menos han nacido o comparten de alguna manera lo que es Andalucía; este día debería de significar algo más profundo que un mero día de fiesta en el calendario laboral, en el cual se realizan actos protocolarios de entregas de medallas, lecturas de discursos preparados e izados de banderas en las instituciones públicas.

Por desgracia, esto dista mucho de ser así. Y si nos preguntamos por qué, la respuesta resulta siempre ambigua.

Andaluces... ¿qué ha pasado desde aquel 28-F de hace 21 años, en el que los andaluces manifestaron su voluntad de ser un pueblo al mismo nivel que otros ya reconocidos dentro de esa marmita llamada España? ¿Acaso no pusimos encima de la mesa, que lo que ya se reclamaba desde la asamblea andaluza de Córdoba de 1936, esto es, un estatuto propio para Andalucía, era lo que legítimamente nos correspondía? Pues bien, ese clamor popular del que la mayor parte de la actual sociedad andaluza fue partícipe, se ha ido diluyendo dentro de estrategias que han ido arrinconando un sentimiento, un saberse ser andaluz, un sentirse andaluz, hasta aprisionarlo dentro del aparato institucional o partidista.

Y, mientras tanto, andaluces... ¿qué ha sido de Andalucía? Pues resulta que seguimos en el furgón de cola del desarrollo a nivel nacional, dependiendo, paradójicamente la comunidad que mayor potencial tiene a todo nivel, de decisiones de órganos nacionales o internacional donde otras con mucho menos han sabido imponer su peso político.

¿Qué ha ocurrido en Andalucía? Pues resulta que Andalucía no está vertebrada ni articulada. Carece de un proyecto común asumido por todos, asiste a malintencionados y dirigidos debates localistas que atentan contra la esencia del autogobierno: la conciencia de pueblo como sujeto unitario con poder propio para transformarse y superarse.

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Pues eso, andaluces. ¿Hasta cuándo vamos a mantener adormecida nuestra conciencia de pueblo unitario? ¿Hasta cuándo andaluces? -

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