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El Gobierno cerrará los locales que reincidan en la venta de bebidas alcohólicas a menores

Economía ha abierto expediente a seis establecimientos y podría imponerles multas millonarias

Vicente G. Olaya

Desde que, el 14 de mayo del año pasado, el Gobierno modificó la Ley 5/2000 de Derechos de la Infancia y la Adolescencia, que elevaba de 16 a 18 años la edad mínima a partir de la cual a una persona se le puede vender alcohol, la Consejería de Economía ha abierto seis expedientes sancionadores contra otras tantas discotecas que supuestamente han transgredido la norma. Estos establecimientos están acusados de haber vendido alcohol a menores o de haber permitido que lo consuman en su interior. Por eso, podrían ser sancionados con multas que oscilan entre cinco y 50 millones de pesetas, según se establece en la Ley de Espectáculos de 1997. Si estos establecimientos reincidieran, la Consejería de Economía les abriría un nuevo expediente sancionador, en este caso de cierre del local.

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El consejero de Economía, Luis Blázquez, explicó ayer en una reunión con los medios de comunicación que los empresarios del sector piden que la ley prohíba directamente la entrada de los menores en las discotecas, con el fin de que no sean los establecimientos los responsables de comprobar si algún menor consume o no alcohol.

Este cambio normativo libraría así a los dueños de las discotecas de la obligación de comprobar continuamente si alguno de sus clientes es menor de edad y si consume o no bebidas alcohólicas. Los menores -ante la prohibición legal de que se les vendan productos alcohólicos- suelen utilizar a compañeros o amigos de más de 18 años para conseguir las copas en las discotecas. Los empresarios argumentan que no pueden ir comprobando, mesa por mesa, si los adolescentes ingieren o no estas bebidas y si han utilizado alguna argucia para obtenerlas.

Pero el consejero no comparte la opinión de los empresarios del sector de que se prohíba la entrada a los menores de 18 años a los establecimientos. Y da una razón: si se impide a los jóvenes de entre 16 y 18 años la entrada en estos locales, los chavales terminarán organizando botellones en las calles. La ley pena la venta de alcohol a los menores, pero no el consumo por parte de los adolescentes.

Discotecas especializadas

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Por eso, Blázquez es partidario de que se mantenga el 'actual statu quo'. Es decir, que existan locales especializados en chavales de entre 14 y 16 años (conocidas popularmente como discotecas light), donde el alcohol está terminantemente prohibido y que deben cerrar a las diez de la noche. Por su parte, los jóvenes de entre 17 y 18 años podrán seguir optando entre acudir a estos locales light o consumir en los tradicionales, donde el alcohol corre libremente. En estos últimos establecimientos regirá la prohibición de vender bebidas alcohólicas a menores.

En Madrid sólo existen tres discotecas especializadas en muchachos de entre 14 y 16 años. Estos establecimientos tienen que cerrar sus puertas pasadas las diez de la noche y no pueden volver a abrir para convertirse en discotecas para adultos.

Según indicó el consejero, de las tres discotecas light, dos cumplen la ley a rajatabla, mientras que la tercera utiliza la zona destinada a los chavales como discoteca tradicional cuando le falta aforo en el local de los mayores de edad y que está adyacente. 'Es difícil demostrarlo, pero estamos detrás de ello', señaló.

Luis Blázquez reconoció que 'los jóvenes de entre 17 y 18 años no quieren compartir el mismo local con los de 14'. Pero tampoco se puede permitir que los muchachos de entre 16 y 18 años consuman alcohol en las discotecas, por lo que la actual situación -permiso de entrada en las discotecas tradicionales con prohibición expresa de que se les vendan bebidas alcohólicas- es 'la más idónea'.

Después de Semana Santa el consejero convocará una comisión con todas las partes afectadas para tomar nuevas medidas que frenen el incremento del alcoholismo entre la juventud.

Blázquez cree que no deben endurecerse las medidas legales contra los transgresores de la actual legislación. 'Las leyes son suficientes, y un agravamiento de las sanciones tampoco llevaría a nada', reflexionó. 'La ley es la misma que hace cuatro años y, sin embargo, la situación ha empeorado. Por eso estamos pensando en campañas de información sobre los peligros del alcohol entre los jóvenes o nuevas ofertas de ocio', indicó.

El defensor del Menor, Javier Urra, manifestó recientemente que es partidario de endurecer la ley, y pidió incluso que se multe a los padres que permitan que sus hijos tomen alcohol en lugares públicos. Blázquez no rechaza la propuesta, pero reconoce su difícil puesta en práctica.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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