Reivindicación de los maquis
Zapatero y Julio Llamazares lamentan el olvido de los guerrilleros antifranquistas durante la democracia
Los descendientes de miembros del maquis y los 40 o 50 guerrilleros que todavía viven, supervivientes de ese ejército de hombres del monte que llegó a sumar 6.000 combatientes que lucharon contra Franco y contra su régimen emboscados en las montañas, recibieron ayer un homenaje público del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, al actuar de presentador del libro Maquis, historia de la guerrilla antifranquista, obra del leonés Secundino Serrano. Zapatero reconoció la valentía y la generosidad de este colectivo, así como la injusticia de su olvido. 'La transición corrió un velo sobre la memoria para conseguir la reconciliación', interpretó Zapatero, que reconoció la escasa simpatía de los socialistas de la época, así como la antipatía manifiesta de la cúpula de los comunistas hacia estos guerrilleros que tuvieron durante años de cabeza a la Guardia Civil, pero que su balance sólo admite la calificación de trágico, porque perdieron la guerra, la posguerra y su memoria se sepultó durante veinticinco años de democracia.
El acto de presentación de este libro fue un encuentro entre leoneses. El autor, Secundino Serrano, y los dos introductores, el escritor Julio Llamazares y el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, convocados en la Casa de América de Madrid por la editorial Temas de hoy. El líder socialista conoce de antiguo a Serrano, ya que en un libro anterior recordó al capitán Lozano, abuelo de Zapatero, fusilado por las tropas franquistas en 1936 por mantenerse leal a la República. 'Mi familia siempre agradecerá la vindicación del nombre de mi abuelo, que en su testamento, escrito la noche anterior a ser fusilado, quiso transmitir a sus descendientes que sólo aspiró a una España en paz y a la justicia para los desfavorecidos', evocó Zapatero.
No se trataba ayer de hacer un juicio a la izquierda durante la guerra y la dictadura, pero este recuerdo al maquis no podía pasar por alto los pasajes del libro en los que se pone de manifiesto la separación total y deliberada de socialistas y comunistas con estos guerrilleros. Tanto el escritor Julio Llamazares como el líder del PSOE hicieron mención a esta circunstancia. El líder del PSOE se consideró en la obligación de defender y justificar la actitud de sus antecesores: 'Para el autor unos son héroes y otros traidores, y los políticos no quedan muy bien parados'. Zapatero comprendió que el análisis de la actuación de los guerrilleros y la de los políticos hace imposible encontrar un hilo conductor: 'La política es matiz, cesión, y la violencia exige no transigir, no matizar, la muerte, en suma'. ¿De dónde viene la decisión del PSOE de la guerra y de la posguerra de no participar en una guerrilla? Según Zapatero, arranca de la ética de Pablo Iglesias, fundador del PSOE. Es posible que alguien pueda recordar al líder del PSOE la histórica alusión de Iglesias, en el Congreso de los Diputados, a la necesidad de utilizar 'la violencia' contra el gobierno de Antonio Maura. Es verdad, también, que no se conoce del fundador de la UGT y del PSOE otra proclama de esa naturaleza. Pero Zapatero tenía ayer especial interés en defender el carácter pacifista de la izquierda. 'Muy pocas veces la izquierda ha abrazado la violencia y la historia ha puesto de manifiesto la escasa viabilidad de la lucha armada como potencia transformadora', afirmó.
Pero aparte de justificaciones de familia ideológica y de partido se trataba sobre todo de homenajear al maquis, gentes sin obediencia partidaria, y las palabras de reconocimiento de los presentadores de la obra no dejaron duda de este propósito. El libro, 'repleto de erudición, de hechos, con gran fuerza emotiva, es una historia de vida y muerte, porque el maquis constituyó el último eco de la España del desastre y la derrota de la España utópica frente a la pesada y plomiza que algunos se atrevieron a llamar la España eterna', dijo Zapatero, que no ahorró calificaciones durísimas sobre el régimen de Franco, su dureza y brutalidad durante la posguerra, al tiempo que alabó la 'valentía y generosidad' de estos guerrilleros.
La vindicación de su memoria fue lo que destacó el escritor Julio Llamazares como aspecto esencial de la obra del profesor Serrano. 'El secuestro de la memoria de la transición ha confundido perdón con olvido y este libro viene con 25 años de retraso pero, por fin, se hace justicia con los grandes perdedores del siglo XX en España', señaló. Pero Llamazares concedió toda la autoridad a Secundino Serrano en esta materia. 'Esta oposición al franquismo no está en los libros; solo pretendo situar a esos hombres en la Historia de España', sentenció Serrano.
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