Los habitantes de la Amazonia apoyan la defensa de la naturaleza
La mayoría prima al medio ambiente sobre el desarrollo económico
Aunque la mayoría de los entrevistados en nueve municipios de los Estados de Acre, Pará y Rondonia nunca habían oído hablado de "desarrollo sostenido", demuestran, sin embargo, tener las ideas muy claras al respecto. No se oponen, en efecto, a la construcción de algunas carreteras dentro de la región ni a la expansión agrícola y hasta ven con buenos ojos la extracción de minerales preciosos, muy abundantes en la Amazonia. Pero todo ello, dicen, no puede ser a costa de la destrucción de la selva.
Más de la mitad (el 59%) afirma que el posible aumento de puestos de trabajo no compensaría el aumento de la polución y la destrucción de los bosques. Los madereros internacionales que les despojan de las maderas preciosas de sus árboles aparecen como unos villanos sin conciencia, aunque no se oponen a una tala controlada de algunos árboles, sobre todo de los que crecen con mayor rapidez, ni de una pesca también controlada.
Según Garo Batmanian, secretario general de WWF Brasil, "los resultados de la encuesta revelan que ya existe una mayoría de los moradores de Amazonia que desea desarrollar la región, pero sin destruir la naturaleza". Más del 70% admitió ser consciente de que sus forestas están siendo destruidas; lo más comentado es la disminución del número de árboles. Según el 75% de los entrevistados, esta destrucción de árboles es el síntoma más claro de la degradación de la naturaleza en Amazonia. El 65% puso de relieve la desaparición continua de especies de aves y mamíferos.
Los habitantes de la Amazonia, especialmente los que viven en las zonas rurales, subrayaron también que carecen de las infraestructuras más elementales: sólo el 49% goza de agua potable y apenas el 14% tiene servicios sanitarios en sus casas, mientras que el 31% de las familias no disponen de recolección de basuras. Curiosamente, en la encuesta aparece que los habitantes de la Amazonia no confian en que las numerosas ONG que actúan en el territorio puedan resolver sus problemas. Más del 60% confía más en el Estado o en los alcaldes de las ciudades.
Una esperanza de futuro
El perfil de las familias entrevistadas era diverso: una tercera parte sigue viviendo donde nació, el 21% vino de otros Estados del país y el 28% tiene familiares nacidos en la Amazonia.
Según el WWF, la toma de conciencia de los habitantes amazónicos acerca de la importancia de preservar la naturaleza, incluso a costa de que el desarrollo económico sea más lento, "supone una esperanza de futuro".
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