_
_
_
_
Reportaje:

Astronomía de andar por casa

Un profesor de un instituto de Úbeda crea un planetario con sólo 50.000 pesetas y material reciclable

Ginés Donaire

Para Cristina, José Manuel, Emilio José o Juan Manuel, estudiantes de ESO del instituto Los Cerros de Úbeda (Jaén), las clases de astronomía son ahora mucho más atractivas. Incluso han conseguido recitar de memoria los nombres de todas las constelaciones de la esfera celeste.

Hasta que su profesor de Física y Química Juan Antonio Jiménez Salas no creó el planetario, que ahora es el rincón preferido para los casi 1.000 alumnos del centro, Emilio reconoce que sólo acertaba a nombrar la constelación de Tauro. 'Pero porque es el nombre de mi signo del zodiaco', aclara.

Hacía tiempo que a Juan Antonio Jiménez, un aficionado a la astronomía, le rondaba por la cabeza la creación de un planetario con el que ilustrar de un modo práctico sus pesadas clases de Física. 'La astronomía es algo difícil de explicar porque los movimientos de las estrellas son muy complejos y en una pizarra no se aprecia bien', reconoce. Tras convencerse de que su objetivo nunca se haría realidad por la vía económica -por lo ajustado del presupuesto de un centro educativo- echó mano de su imaginación, y de su amigo Alfonso Valenzuela, con quien comparte la misma pasión en la Agrupación Astronómica Quarks de Úbeda.

Y así, después de cinco meses de intensos y, sobre todo, meticulosos trabajos, acaba de cumplir un viejo sueño. El planetario del instituto Los Cerros es hoy la envidia de los centros de la provincia, y la Delegación de Educación ya se plantea incluso llevarlo de forma itinerante por todos los institutos al tratarse de una instalación desmontable y transportable.

El planetario de Juan Antonio Jiménez no le tiene envidia al de los grandes centros astronómicos, y eso que sólo ha costado 50.000 pesetas, que fue la subvención que la Caja de Jaén otorgó a la asociación Quarks. La explicación no es otra que la utilización de materiales desechables que él ha logrado reciclar.

'Al departamento de Geografía se le rompió la bola del mundo y yo les dije que me la dieran para hacer pruebas, pero al final se ha convertido en definitiva', explica. En esa bola colocó todas las estrellas de la esfera celeste con una broca de sólo 0,5 milímetros de grosor. El resto de los materiales son cuatro proyectores y una cúpula hemisférica de cuatro metros realizada con un plástico cosido de forma artesanal.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La segunda parte del trabajo, la más sencilla, consistió en grabar un montaje que explicara a todos los que se introducen bajo la cúpula todos los movimientos de los planetas, constelaciones, nebulosas, la vía láctea, el sol o la luna. En los 30 minutos que dura la proyección, los alumnos conocen el discurrir de las constelaciones de todo el firmamento, incluido el hemisferio norte y el sur, o la posición de la Tierra en el Ecuador.

El efecto cautivador del planetario en el instituto ya se está notando. 'Cuando metes a un grupo de chavales revoltosos debajo de esta cúpula, parece que les han metido algo en las venas porque salen calmados, tranquilos y con mayor interés por la ciencia', asegura este profesor de Torreperogil (Jaén).

Mientras los cuerpos celestes se proyectan con una claridad meridiana sobre la cúpula creada por Juan Antonio, la preocupación de este apasionado de la astronomía se centra ahora en crear un nuevo montaje que sea capaz también de atraer a los escolares más pequeños y al público en general. De momento, más de treinta colegios e instituciones han pedido ya recibir este planetario de andar por casa.

Juan Antonio Jiménez y Alfonso Valenzuela, promotores del planetario.
Juan Antonio Jiménez y Alfonso Valenzuela, promotores del planetario.JOSÉ MANUEL PEDROSA

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_