La pesadilla de los espías

Una vez el gran novelista ruso Iván Turguénev comparó la vida con un hombre sentado en una pequeña barca en medio de un océano sin límites, observando sus oscuras profundidades en las que percibe 'monstruos informes'. (...) Quizás nunca sabremos si Vladímir Putin y George Bush comparten el fatalismo romántico de Turguénev. Pero de lo que no hay duda es de que a ambos les preocupan ciertos monstruos informes. Esta semana, la expulsión de unos cincuenta 'espías' rusos por parte de Bush ha producido una verdadera pesadilla. (...) Pero además Bush tiene otros motivos de preocupación. El secretario de Defensa Donald Rumsfeld ha acusado a Rusia de ser un 'instrumento activo' en la proliferación de armamento de destrucción masiva. (...) Desde el punto de vista de Washington, tanto el intento de frustrar el programa sobre misiles de EE UU como su intromisión en Corea y el bloqueo a la expansión de la OTAN son otras actividades de Rusia que pueden ser motivo de objeción. (...) El problema es que Putin también tiene sus demonios en casa. Uno de ellos es la preocupación del Kremlin por lo que considera una postura militar de EE UU cada vez más agresiva. (...) Estas tensiones son serias y pueden empeorar. Pero no son equivalentes a las de la guerra fría. Falta la ideología. (...) Pero cuando resurge el espectro de la proliferación armamentista, el terrorismo, la degradación medioambiental, (...) ambos países están en la misma barca, esperando que no llegue nunca el 'día predestinado' de Turguénev.

Londres, 24 de marzo