El envejecimiento marca el futuro de la ciudad, alerta el urbanista Hall

Peter Hall, uno de los pensadores del creciemiento actual de la ciudad de Londres, realizó un diagnóstico de la sociedad emergente. Señaló que las ciudades medianas atesoran una mejor gestión de la calidad de vida, lo que unido al desarrollo de las comunicaciones, las convierte en una fuerte competencia con las grandes ciudades que, por otro lado, se han descentralizado en diversos núcleos. Grandes urbes que siguen siendo los principales núcleos de desarrollo económico, al mismo tiempo que contienen los mayores porcentajes de exclusión social.

En consecuencia, Hall situó la educación en el centro del debate sobre el futuro modelo de sociedad. También hizo especial hincapié en dos factores que condicionarán el futuro: el descenso de la natalidad y el envejecimiento de la población en las ciudades más desarrolladas, con un grupo cada más extenso de mayores de 85 años, lo que impondrá una carga hasta ahora desconocida en necesidades médicas y, por tanto, económicas, que podrá derivar en una huida del capital a regiones jóvenes.

Por otro lado, Hall incidió en que el desarrollo del tren de alta velocidad en Europa conforma una nueva red de ciudades y en la importancia de la regeneración urbana de áreas obsoletas. Dos aspectos que también subrayó Jordi Borja, uno de los responsables del diseño urbanístico de la Barcelona olímpica. El ex concejal definió el tren de alta velocidad como 'el metro del siglo XXI' y abundó en la noción de espacio público como generador de la ciudad y la convivencia. 'Hacer ciudad es hacer comercio y hacer cultura', y añadió Borja: 'la calidad del espacio público es el valor esencial de la ciudad'.

Por la tarde, el periodista y escritor Vicente Verdú desarrolló la idea de la homogeneidad social como fruto de una globalización que surge no de manera espontanea ni natural, sino por los intereses concretos del mercado. Verdú se extendió en la penetración del modelo americano.