La derecha francesa recupera terreno en las municipales pese a su derrota en París y Lyón
Los centristas responsabilizan al presidente Chirac de las pérdidas de la capital y de Lyón
La derecha ha podido sacar pecho tras unos resultados globales mejores de los esperados. Además de ciudades de 400.000 habitantes como Estrasburgo y Toulouse, el Partido Socialista ha cedido Blois -donde el ministro de Educación, Jack Lang, fue derrotado por 37 votos de diferencia-, Orléans, Rouen, Quimper, Lisieux o Aix-en-Provence. El desplome del comunismo municipal ha acentuado la derrota: con listas dirigidas por candidatos del Partido Comunista, la izquierda perdió Nîmes, la última ciudad de más de 100.000 habitantes en su poder, y también Colombes, Argenteuil y Drancy.
Estos resultados sitúan en posición muy difícil al secretario general del Partido Comunista, Robert Hue, que se enfrenta a un consejo nacional de su partido, convocado para fines de mes, y que tiene previsto un congreso extraordinario para octubre. El primer secretario del Partido Socialista, François Hollande, descartó ayer una inmediata reorganización de la 'izquierda plural' para dar mayor peso a Los Verdes y reducir el de los comunistas, argumentando que éstos siguen constituyendo una parte considerable del grupo parlamentario de la izquierda en la Asamblea Nacional. Hollande aceptó la necesidad de que el Gobierno se ocupe más de cuestiones nuevas, 'como el medio ambiente y la seguridad', y añadió que ha de atender 'tanto a las demandas de las clases medias como de las clases populares'.
Demasiados ministros
Una de las enseñanzas que parece haber sacado Jospin es que no debió de permitir la presentación como candidatos de tantos ministros y secretarios de Estado. Hasta 27 miembros del Gobierno (de un total de 33) concurrieron a las elecciones, de ellos, 18 como candidatos a alcaldes, sin que la vitola ministerial sirviera para conquistar alcaldías a la derecha. Ni siquiera Martine Aubry, en otro tiempo estrella del Gobierno de Jospin, puede vanagloriarse de haber barrido en Lille, una ciudad que ya había tenido alcalde socialista -el saliente es el ex primer ministro Pierre Mauroy-, aunque ciertamente consiguió la elección.
Fuentes de Matignon, donde tiene su despacho el primer ministro, aseguran que Jospin ha pedido a los 18 miembros de su Gobierno elegidos alcaldes que renuncien a uno de los dos cargos. El titular de Defensa, Alain Richard, ya ha adelantado que prefiere quedarse en el Gobierno, pero la cuestión afecta también a la ministra de Justicia, Marylise Lebranchu, y al ministro del Interior, Daniel Vaillant, este último elegido alcalde del mismo barrio de París por el que se presentaba el derrotado candidato de la derecha en la capital, Philippe Séguin.
La derecha ha podido respirar tras unos resultados mejores que los augurados, y si no puede hacerlo hondo es porque también ha cedido a los socialistas algunas ciudades medias y pequeñas -Dijon, Auxerre, Ajaccio, Amboise, Agen, Clamart-, pero, sobre todo, porque les ha entregado París y Lyón.
Golpeado por las combinaciones intentadas en ambas ciudades para conservarlas in extremis, el presidente Chirac, se vio cuestionado ayer en su propio campo político. La crítica vino del partido centrista Unión por la Democracia Francesa (UDF) que, a pesar de haber integrado sus listas con las del neogaullismo para acudir a la cita electoral, da muestras de incomodidad política. Uno de sus dirigentes, Dominique Paillé, aseguró ayer que El Elíseo -la residencia del presidente de la República- 'está en el origen de la pérdida' de París y Lyón. E ironizó sobre 'los notables talentos de táctico' exhibidos por Chirac, comparando sus maniobras respecto a París y Lyón con la desastrosa opción que tomó en 1997 cuando, siendo presidente, disolvió la Asamblea Nacional con la intención de obtener una mayoría confortable de derecha, y se encontró con que las urnas le devolvían una mayoría de izquierdas.
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