Ningún representante del Consell ni del Gobierno ha visitado la zona del atentado en Gandia

La explosión causó graves desperfectos materiales en el 70% de los inmuebles ubicados en un radio de cien metros del lugar donde se estacionó el coche bomba. Varias personas, que permanecieron en el inmueble en el momento de la explosión, tuvieron que recibir atención médica por lesiones leves provocadas por la rotura de cristales y tallas y por ataques de nerviosismo. Una treintena de vecinos del inmueble más dañado por la detonación, el Bonaire, han tenido que ser realojadas provisionalmente en varios hoteles de la ciudad ya que sus viviendas han quedado totalmente destrozas. Pero ayer, dos días después del fallido atentado, ninguna autoridad institucional del Gobierno valenciano se había desplazado a la zona.

La alcaldesa de Gandia, la socialista Josefa Frau, y la concejal de participación ciudadana, Liduvina Gil, vivieron durante la madrugada del domingo cinco horas de gran tensión en la zona de operaciones donde el director general de la Policía, Juan Cotino, y el jefe de la Policía de la Comunidad Valenciana, Segundo Martínez, supervisaron la actuación de los expertos en desactivación de explosivos y la posterior voladura del coche.

Pero el aviso del atentado no alteró la agenda del presidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, ni de la delegada de Gobierno en Valencia, Carmen Mas, que se encontraban en Castellón con motivo de las fiestas de la Magdalena y permanecieron en la ciudad.

Pero no sólo no alteraron su agenda, ni siquiera realizaron una llamada telefónica a la alcaldesa de Gandia para interesarse por la situación, ni durante la madrugada del domingo, ni en los dos días posteriores al atentado. Fuentes de la Delegación de Gobierno argumentaron ayer que la delegada de Gobierno y el presidente del Consell fueron puntualmente informados de las actuaciones policiales.

Y es que el atentado ha desbordado la capacidad de la plantilla de la Policía Local para asumir el control de la zona afectada por la explosión del coche bomba, al coincidir el incidente con el refuerzo en la ciudad de la seguridad con motivo de la celebración de las fiestas de fallas.

El ayuntamiento gandiense ha tenido que contratar el servicio de privado de vigilancia de los edificios afectados por la explosión, que arrancó tabiques y persianas, desplomó techos, y rompió cristaleras y ventanas. La Policía Nacional permitió la tarde del domingo a los propietarios de apartamentos en el inmueble que accedieran al interior de sus viviendas para recoger los enseres personales y objetos de valor, después de que técnicos municipales de urbanismo comprobaran que los cimientos no se habían visto afectados y no había peligro de derrumbe. Algunos de los vecinos mostraban ayer su temor ante posibles hurtos y demandaban más vigilancia.

Los locales de la planta baja de la finca, una pizzería, un pub y un café, fueron los más perjudicados por la voladura del coche bomba. Todavía ayer podía observarse como los restos de comida y platos de las cenas que los clientes dejaron a medio terminar la noche del sábado al ser evacuados precipitadamente se confundían en las mesas de la pizzería Il Borsalino con pedazos de techos, tallas, cristales y hierros esparcidos por efecto de la deflagración.

Efectivos policiales detectaron ayer por la mañana la existencia de un coche sospechoso, con matrícula francesa, en la calle Sénia del Grao de Gandia. A la zona se desplazó un equipo especialista de la Policía Nacional de Valencia y se acordonó como medida de seguridad. El vehículo portaba en el maletero varias matrículas y un equipo de resonancia. Los efectivos policiales localizaron al propietario, un ciudadano francés, que no llegó a ser detenido, según fuentes policiales.

Asimismo, el director general de la Policía, Juan Cotino, desmintió ayer la posible relación de las dos personas detenidas la madrugada del domingo en Gandia con la banda terrorista ETA.