Ortega inicia ya la campaña como candidato a la Junta para remontar su escasa popularidad

El PA ha decidido abrir ya el melón de su candidatura a la Junta en las próximas elecciones, pese a quedan todavía tres años para la cita de las autonómicas. Una vez fuera del partido Pedro Pacheco -aspirante en tres ocasiones (1990, 1996 y 2000), bajo cuyo cartel se han logrado los mejores resultados, con el récord de diez escaños en 1990 -, los andalucistas tienen que lanzar una cara nueva, y los sondeos más recientes han encendido las luces de alarma.

Aunque Ortega viene preparándose para este momento desde mediados de la legislatura pasada (sus pretensiones fueron el inicio de la crisis que desembocó en el expediente de expulsión de Pacheco), la encuesta de Demoscopia para EL PAÍS del 28 de febrero le atribuye un índice de conocimiento del 30%, mientras que Pacheco alcanza el 89% y Alejandro Rojas-Marcos (presidente del PA) el 83%.

Esta misma encuesta sitúa al PA como tercera fuerza de la comunidad, por encima de IU, con el 6% de intención de voto directo. Sin embargo, sondeos de otros partidos y un trabajo cualitativo elaborado por el propio PA reflejan que su gestión en el Gobierno andaluz, donde controla dos consejerías, apenas es percibida por los ciudadanos, quienes, por otra parte, censuran a los nacionalistas un exceso de ambigüedad y describen al PA como un partido subsidiario del PSOE.

Además, el 12º congreso nacional de octubre, lejos de fortalecer la figura de Ortega como él mismo había planeado, la difuminó tras la espectacular bronca de Rojas-Marcos y Pacheco. De hecho, salió con menos apoyos de los que se le presuponía al escenificarse con claridad la hegemonía que el presidente (en el papel, honorífico) sigue ejerciendo en el partido.

El pase al grupo mixto del Parlamento de Pedro Pacheco ha puesto cierta sordina a la crisis andalucista, si bien, la situación de los cuatro diputados que le quedan al PA en la Cámara no es muy boyante, con la neutralización de Ildefonso Dell'Olmo por el incidente xenófobo, la trayectoria cada vez más díscola de Ricardo Chamorro y la dedicación de Ortega a su candidatura.

Fuentes de la ejecutiva andalucista informaron de que este órgano tiene previsto elegir candidato a su secretario general el viernes, después de recibir el apoyo de algunos comités provinciales (entre los que no están ni Sevilla ni Cádiz). Ayer, en la clausura del congreso de las Juventudes Andalucistas, Ortega se postuló sin ningún disimulo. Los portavoces en el Congreso (José Núñez), Cámara andaluza (José Calvo) y Parlamento europeo (Carlos Bautista) esceneficarán hoy una propuesta. Y el domingo será nominado en el Día del Partido, que se celebrará en Granada.

Arranque

Éste acto, añaden las mismas fuentes, será el punto de arranque de la doble estrategia para remontar los déficit que desvelan las encuestas. Comenzará una intensa campaña de promoción de Ortega, a quien algunos empiezan a llamar 'líder'-cuando el candidato era Pacheco se decía que lo importante era la marca del partido sobre cualquier liderazgo-, a la vez que se darán más pasos para alejarse de los socios de Gobierno, sin poner en peligro la estabilidad.

La ejecutiva nacionalista ya aprobó el pasado 26 de enero una declaración de renuncia expresa al papel de bisagra que le ha permitido repetir legislatura en la Junta y participar en algunas alcaldías con PSOE y PP. Tres días antes de hacer pública esta determinación, Alejandro Rojas-Marcos y Ortega comunicaron su propósito a Manuel Chaves en un almuerzo y se comprometieron a avisar de futuras tácticas.

El PA prepara un golpe de efecto, una vez que esté más avanzada la legislatura: el candidato dejará Relaciones Institucionales para tener las manos libres. Curiosamente, la nominación del aspirante a las autonómicas se ha adelantado a los de las municipales, que se celebran un año antes. Para estos comicios habrá caras nuevas en Sevilla, Málaga, Córdoba y Almería.

En algunos círculos andalucistas se especula con la posibilidad de Ortega se presente por la circunscripción de Granada, en lugar de la Sevilla, después de que éste se enfrentará al comité sevillano en el congreso provincial al promover una candidatura alternativa a la que resultó vencedora y que respaldó Rojas-Marcos.