Trabajadores especiales
Los discapacitados palian la escasez laboral en Holanda
Aunque reconoce que a veces se agobia, la vida ha cambiado para Sigrid Wekking desde que trabaja en un supermercado. Su discapacidad psíquica no le impide desempeñar las tareas que le han encargado: repone productos agotados, ayuda a los clientes a encontrar lo que buscan y colabora en las secciones de recogida de botellas y ropa usada. 'A veces, si tengo mucho que hacer, me hago un lío, pero enseguida aparece mi job-coach [algo así como entrenador laboral] para ayudarme', asegura. Wekking es uno de los 1.500 discapacitados holandeses a los que la empresa Startkans ha encontrado empleo.
La compañía -filial sin ánimo de lucro de Start, una de las mayores empresas de trabajo temporal- comenzó a incentivar la integración laboral de discapacitados físicos y psíquicos a mediados de los noventa. Pero ha sido en los últimos tres años cuando la demanda de las empresas se ha disparado. Este año han empleado a 1.120 discapacitados, frente a los 441 de 1998.
'La buena marcha de la economía y las dificultades que están teniendo las empresas para encontrar trabajadores han convertido a los minusválidos en una nueva fuente laboral', explica Cristel van Linder, directora de Startkans. En Holanda, que se recuperó de la crisis de los ochenta antes que otros países europeos, hay graves problemas para cubrir puestos en el sector público y en el privado. A lo largo del año 2000, la cifra de desempleo cayó a un 3,7%. Las empresas buscan ideas para hacer atractivas sus ofertas y éstos se permiten escoger.
Además de las necesidades del mercado, varias leyes han logrado ventajas económicas al contratar a un discapacitado: el ahorro en cargas fiscales puede ser de hasta dos millones y medio de pesetas en tres años. Van Linder reconoce que los discapacitados cobran un poco menos que el resto de trabajadores, pero recalca que 'no es por discriminación, sino porque su productividad es más baja. Su salario es proporcional a las horas que pueden trabajar y al rendimiento', explica. La cantidad restante hasta el sueldo mínimo interprofesional la pagan organizaciones que se financian con dinero público.
Supermercados, empresas de embalaje, restaurantes y compañías de limpieza son los sectores que más buscan a estos trabajadores. Entre los clientes de Startkans destacan McDonald's, Ikea, Albert Heijn (la mayor cadena de supermercados de Holanda) y Siemens.
'Trabajan más lentamente que otros empleados, pero son muy minuciosos y sobre todo están muy motivados', explica Wouter Vlasbom, director de personal de Siemens Holanda. La compañía de ordenadores fue una de las primeras en emplear discapacitados psíquicos, en 1997. En la actualidad, ocho tienen un contrato indefinido, con tareas que van desde introducir datos en un ordenador hasta realizar fotocopias o ayudar en el taller de reparaciones. Su incorporación a la plantilla constituye un largo proceso de aprendizaje, que incluye un periodo de meses o años de acompañamiento.
A pesar de las dificultades y de que el porcentaje de discapacitados empleados es todavía bajo, el proyecto de Startkans, surgido de un acuerdo de cooperación de la empresa con organizaciones para discapacitados, arroja un saldo muy positivo. La mayoría de los trabajadores consigue un contrato en poco tiempo: cerca del 50%, por tiempo indefinido; 41%, por un año, y sólo el 9%, por periodos más cortos.
Junto a Startkans, especializado en la intermediación, existen muchas otras empresas creadas para facilitar la integración de este colectivo. En el hotel Abrona, por ejemplo, casi todos los empleados son discapacitados. La fundación del mismo nombre que lo abrió hace tres años tiene además un bar, una fábrica de jabón y una galería de arte, en Utrecht. Y en Amsterdam se está haciendo famosa Valid Express, una empresa de envíos urgentes cuyos trabajadores son discapacitados físicos.
Pero posiblemente el ejemplo más simbólico sea el de De Sluis Groep, que tiene ya un volumen de ventas de casi 3.200 millones de pesetas y 600 trabajadores, de los cuales el 80% tienen alguna discapacidad. La sociedad anónima, cuyos principales accionistas son cinco ayuntamientos holandeses, fabrica en su edificio central, en Woerden, desde escaleras hasta radiadores de diseño y contenedores de seguridad que le encargan de todo el mundo. Sus trabajadores tienen en su mayoría contratos fijos, sueldos de acuerdo con arreglo al convenio colectivo del sector y posibilidades de ascenso y promoción.
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