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Reportaje:AMÉRICA LATINA

Chile pierde el ritmo

Tras un año en la presidencia, Lagos no logra frenar el paro ni la ralentización económica

Alejandro Rebossio

A Renzo, estudiante universitario de 23 años, le sucede lo que a la mayoría de sus compatriotas chilenos. Se queja de la 'recesión' en un país acostumbrado a crecer al 7% anual entre 1987 y 1997 y que ahora lo hace al 5%. 'Todo el mundo lo está sintiendo. Mi familia ha tenido que moverse a un barrio de menor nivel en Santiago', comenta Renzo, que acaba de terminar una beca de verano en la mayor mina cuprífera del mundo, Chuquicamata, en el norte de Chile.

La tasa de paro alcanza el 8,4% (cerca de 500.000 personas), cuando hace tres años sólo afectaba al 6,4%. Los economistas, además, prevén que la cesantía -como llama en Chile al desempleo- ascienda al 9% en los meses de invierno. El ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, aseguró que, en caso de que el problema se agrave, cuenta con 170 millones de dólares (más de 30.000 millones de pesetas) para crear 100.000 puestos de trabajo.

Lagos prometió que en 2000 el paro bajaría al 7% gracias a un aumento del PIB del 6%, pero el pronóstico falló -
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LAGOS NO LOGRA REACTIVAR LA ECONOMÍA CHILENA TRAS UN AÑO DE MANDATO

El presidente socialista Ricardo Lagos, que el día 11 cumplió un año en el Gobierno, había prometido que en 2000 el paro bajaría al 7% gracias a un aumento del PIB del 6%. El pronóstico falló y Lagos admitió al periódico Folha de Sao Paulo que su peor error ha consistido en eliminar los programas de empleo público. El PIB, que asciende a 74.500 millones de dólares, un séptimo del español, creció el 5,5%. Insuficiente.

El economista Carlos Janada, del banco de inversión Morgan Stanley Dean Witter, tiene una explicación: 'La economía chilena está muy abierta al mundo y por eso se esfuerza por mejorar su competitividad y eficiencia. El año pasado creció a una tasa interesante pero elevando la productividad, por lo que se redujo el empleo'. De ahí que el ministro Eyzaguirre promocione un acuerdo social para reducir la jornada laboral.

'Entre 1987 y 1997 cayó la pobreza y los chilenos saben que para salir del Tercer Mundo hay que crecer a más del 7% anual', continúa Janada. El Gobierno prevé que el ritmo de crecimiento se mantega este año, pero el presidente del Banco Central, Carlos Massad, corrige a la baja y Morgan Stanley Dean Witter pronostica sólo un crecimiento del 4,5%.

'Su economía abierta la hace más vulnerable a la recesión mundial', alerta Janada. Así lo sintió Chile, el país más próspero de América Latina, con la crisis asiática de 1997. 'El ambiente de pesimismo existente se asemeja a las quejas de un niño rico', opina el nuevo economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo, Guillermo Calvo, en una entrevista con el periódico La Tercera. 'Mientras la mayoría de la región está con problemas, Chile crece al 5%', observa.

Calvo considera que este país de 14 millones de habitantes debe moderar sus expectativas. Calificó de 'demasiado ambiciosa e incierta' la propuesta de Lagos de llevar a Chile al desarrollo hacia 2010. 'Sería posible sólo si se materializara el acuerdo de libre comercio con EE UU, que produjera ese efecto, como en México', cree Calvo. El Gobierno ya negocia el convenio, en detrimento de su ingreso como socio pleno a Mercosur.

La producción industrial creció en enero sólo el 1,1%, mientras las ventas disminuyeron el 1%. Otros datos del año anterior parecen más alentadores: un superávit fiscal del 0,1% y una inflación del 4,5% después de los altos índices de los ochenta. El sistema privado de pensiones provocó un ahorro de 30.000 millones de dólares.

La preocupación de la mayoría de los chilenos, sin embargo, reside en el crecimiento y el empleo. Por eso el Gobierno impulsó una bajada de los tipos de interés, cuyo efecto sólo repercutirá en el tercer o cuarto trimestre del año, según admitió el ministro de Hacienda. El Ejecutivo también ha anunciado una reprogramación de deudas tributarias y financieras de pyme, que emplean al 80% de la población activa, por un valor de 2.160 millones de dólares. Los empresarios, no obstante, reclaman más: mayores plazos para refinanciar los pasivos y medidas contra la presunta competencia desleal de algunas importaciones.

La patronal, nucleada en la Confederación de la Producción y del Comercio, propuso medidas para despejar la incertidumbre. Una de las principales radica en la aprobación urgente de la flexibilización laboral y la reforma tributaria. Los empresarios pretenden evitar que la discusión de estas leyes se prolongue hasta las elecciones legislativas de diciembre y rechazan las llamadas reformas duras, que incluyen la negociación colectiva y las restricciones a tomar empleados durante una huelga.

Otra propuesta consiste en acelerar el tratado con EE UU, a un mes de la cumbre continental en Quebec (Canadá), que marcará los pasos hacia el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), proyectada para 2005. Los hombres de negocios también proponen privatizar las empresas que aún quedan en manos del Estado, como la poderosa minera Codelco, y han pedido una mejora del clima político en año electoral y frente a los juicios por violaciones de los derechos humanos en la dictadura de Augusto Pinochet (1973/1990).

Las recetas dividen

La Concertación, coalición de democristianos, socialistas, radicales y otros que gobierna Chile desde el fin del pinochetismo en 1990, está dividida sobre la fórmula para devolver al país a la senda del alto crecimiento. Tal vez porque no había vivido una crisis económica tan prolongada; quizá porque el año pasado por primera vez la Democracia Cristiana (DC) cedió la presidencia al socialismo. Dos senadores de la DC han propuesto una reducción de impuestos similar a la que impulsa el presidente norteamericano George W. Bush. 'Primero la evasión [en referencia al fraude fiscal], después discutimos lo otro', contestó el presidente, Ricardo Lagos. Los socialistas dudan de que un recorte tributario impulse la recuperación. En cambio, recomiendan que el Estado reparta bonos de 34 dólares anuales entre los más pobres para reactivar la demanda, amplíe las ayudas a las pyme y reanude los planes de empleo público. La oposición tampoco aprueba la reforma tributaria.

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