Molins insta al Fòrum 2004 a que no gaste 51.000 millones en espectáculos

La cantidad de 51.000 millones de pesetas da para mucho más que para organizar espectáculos y conciertos y, además, hay que evitar que el Fòrum 2004 sea sólo una sucesión de espectáculos y exposiciones. A juicio del jefe del grupo municipal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Joaquim Molins, es preocupante que ese acontecimiento no concrete en los contenidos sus ejes centrales -las condiciones de la paz, la sostenibilidad y la diversidad de culturas- y que dé la sensación de que el Fòrum es sólo una excusa para llevar a cabo una profunda transformación del frente del litoral del Besòs.

Molins cree que sería decepcionante que una oportunidad como la del Fòrum se redujera a la organización de fiestas para atraer a cinco millones de personas -que es la expectativa marcada por la organización- ya que se trata de una 'cifra que prácticamente se supera todos los años'.

El grupo municipal de CiU realizó ayer algo parecido a una declaración sobre lo que considera que debería plasmar el Fòrum y también varias propuestas. CiU cree que el evento sigue moviéndose en terrenos institucionales -básicamente en el Ayuntamiento de Barcelona- y no posibilita la participación de, por ejemplo, organizaciones y fundaciones. El grupo municipal nacionalista también considera que valores como el de la paz tienen que concretarse abordando conflictos, y 'que no hace falta que sean lejanos porque en el País Vasco tenemos un ejemplo muy cerca', precisó Molins.

En cuanto al valor de la diversidad, la coalición nacionalista entiende que sin identidades no hay diversidad: 'en el Fòrum 2004, Cataluña debe ser capaz de afirmarse'.

CiU exige que se desvincule el proceso urbanístico que lleva acompañado el Fòrum del contenido del mismo y propone una reflexión 'abierta' sobre cuál puede ser la mejor forma de invertir los 51.000 millones del presupuesto del evento para que sean útiles 'para las causas de la paz, la diversidad y la sostenibilidad'.

Molins propuso la creación de un fondo económico -al que bautizó como Fondo Barcelona 2004- que se nutriera de aportaciones económicas para llevar a cabo programas basados en los objetivos del acontecimiento. Asimismo, propuso que una Carta sobre los Derechos de los Pueblos, que debería ser asumida por Naciones Unidas, garantizara 'la pervivencia de las identidades'.