La renuncia de Mori desata una guerra de clanes en el partido gobernante japonés

Mori, que comunicó el sábado su deseo de dimitir a la cúpula del partido, dejó abierta la fecha definitiva de su salida del poder para no interferir en el debate de los Presupuestos del Estado en el Parlamento. Compromisos diplomáticos fijados de antemano, entre ellos sendas reuniones a finales de marzo con los presidentes de EE UU, George W. Bush, y Rusia, Vladímir Putin, indican que el primer ministro permanecerá en su cargo hasta abril.

El PLD, partido de extracción conservadora afianzado en el mando desde el final de la II Guerra Mundial, ha perdido en los últimos años buena parte de su apoyo popular, por lo que ha tenido que coligarse con el Komeito, fuerza política de la secta budista Sokagakkai, y el partido conservador para gobernar. Por obra de su mayoría parlamentaria, el presidente del PLD es de forma automática el primer ministro de Japón, por lo que el sucesor de Mori deberá salir de una elección interna prevista para septiembre y que podría adelantarse a las próximas semanas.

Los candidatos con más opciones están repartidos en diferentes grupos, pero tienen como denominador común el apoyo del principal clan del PLD, el de Ryutaro Hashimoto, primer ministro durante la toma de la residencia de la Embajada japonesa en Lima. Uno de los candidatos con más opción es Hiromu Nonaka, de 75 años, temperamental y veterano legislador, miembro del clan Hashimoto. El segundo candidato es Junichiro Koizumi, de 58 años, secretario del clan de Mori, quien cuenta, además, con fuerte apoyo dentro de la vieja guardia del clan de Hashimoto.

La dimisión de Mori retrasará la adopción de medidas para poner fin a la crisis económica japonesa y tendrá un efecto moderado en los mercados financieros, según analistas locales. El indicador de la Bolsa de Tokio, el índice Nikkei, ha perdido el 38% de su valor en el año de la Administración de Mori.