España invierte 7,5 billones en adquirir empresas extranjeras
Europa absorbe el 23,5% de las compras y el 70% de las ventas de las compañías nacionales
España aparece hoy, a ojos de los expertos en compraventas empresariales, como un mercado muy atractivo. Su interés radica más en la progresión del número de transacciones internas y externas que en la expectativa de algunas operaciones aisladas de elevada cuantía. Muchas empresas medianas y pequeñas, que han incrementado su capacidad exportadora en los últimos años y han consolidado ventajas competitivas más allá de la marca, están afrontando ahora estrategias de crecimiento vía adquisiciones o fusiones en el mercado doméstico o en mercados externos y se encuentran, al tiempo, en el punto de mira de los inversores. En términos absolutos, y según un reciente informe de la consultora estratégica A. T. Kearney, realizado a partir de la opinión de los consejeros delegados y directores financieros de las 1.000 mayores empresas del mundo, España es el noveno país más atractivo del mundo para la inversión extranjera y el tercero de la Unión Europea, por delante de países cmo Francia y Canadá.
La inversión española en la compra de empresas extranjeras alcanzó en 2000, según el estudio de KPMG sobre operaciones transfronterizas, 41.983 millones de dólares (unos 7,56 billones de pesetas), con un incremento del 47% respecto al año anterior. El principal destino de estos capitales siguió siendo América Latina, que absorbió el 61% de la inversión, pero que está empezando a perder importancia relativa frente a Europa Occidental, que recibió ya un 23,5% de la inversión el año pasado. Un paulatino cambio de tendencia que, en parte, es consecuencia de la fuerte presencia alcanzada ya por las grandes compañías españolas (Repsol, Telefónica, Endesa, BBVA, BSCH y las cinco mayores constructoras, entre otras) en América Latina, y de la incorporación creciente de empresas medianas -más interesadas, en general, por mercados más próximos y conocidos- a las estrategias de internacionalización de sus actividades. En el último año, por ejemplo, aparte de los grandes grupos españoles citados, que también han realizado compras en Europa, otras sociedades de menor tamaño han realizado también adquisiciones accionariales en el Viejo Continente: Banco de Sabadell (BCP, portugués), La Caixa (Suez Lyonnaise des Eaux, en Francia); Ferrovial (la constructora polaca Budimex); NH Hoteles (la cadena holandesa Krasnapolsky); Sol Meliá (la francesa Eight Paris Hotels); Ficosa (la italiana Magneti Marelli), o NetJuice Network (la fracesa Kelkoo.com), por sólo citar algunas.
El camino es de ida y vuelta, y el escenario que lo propicia es la Unión Europea y el mercado único. De hecho, y según el informe de KPMG, el 70% de las compras transfronterizas de empresas españolas procedió en 2000 de inversiones realizadas por compañías de Europa Occidental, y sólo un 5%, de compañías de Estados Unidos. Las mayores operaciones de compra las realizaron compañías del Reino Unido con un protagonismo destacado del sector de las telecomunicaciones debido, fundamentalmente, al desembarco de Vodafone Airtouch Plc en Airtel.
La liberalización parcial de algunos mercados relevantes en España, según apunta el socio director de Corpore Finance de KPMG España, Jorge Riopérez, también ha contribuido a propiciar nuevos proyectos de inversión. Un buen ejemplo son las ofertas de adquisición lanzadas en estos momentos sobre la eléctrica Hidrocantábrico por la portuguesa EDP y la alemana RWE, la de la suiza Xstrata sobre Asturiana del Zinc o la de varias compañías portugesas sobre Banco Esfinge, o el crecimiento del negocio y de las participaciones de sociedades de capital riesgo, como la británica 3i Group, en nuestro mercado.
El sector energético, principalmente el eléctrico, pero también los de hidrocarburos (Repsol-YPF, y sobre todo Cepsa), telecomunicaciones (Telefónica y operadoras de móvil), construcción, financiero (BBVA y BSCH son piezas relevantes en los movimientos de consolidación de grandes corporaciones bancarias europeas) y algunas compañías industriales y de servicios, son los que mayores expectativas despiertan, entre las sociedadas cotizadas en Bolsa, sobre posibles movimientos de concentración y compraventa a corto y medio plazo.
De todos modos, como advierte Riopérez, cada vez son más las operaciones protagonizadas por inversores privados y compañías que no están presentes en los mercados de renta variable. El negocio de las compraventas empresariales, explica este experto, se está segmentando en dos grandes grupos: las grandes operaciones (que son cada vez mayores) y las transacciones medianas. En las primeras, las fusiones y compras se están haciendo mucho más complejas que hace unos años, menos amistosas y más multinacionales, con mayor intervención de las autoridades regulatorias y motivadas en muchos casos por reestructuraciones corporativas.
La evolución de las bolsas en los últimos meses, y el escaso peso de la española en el tejido empresarial nacional, explica también el creciente protagonismo de las compañías no cotizadas en el negocio de las adquisiciones y fusiones.
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