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Un lugar para hablar

A Fina García, si algo no le faltaba era motivación para combatir los malos tratos. Desde pequeña, observó escenas de violencia doméstica en casa, una situación que más tarde sufrió en persona. Casada poco después de cumplir los 16 años, madre a los 18, Fina padeció también las agresiones de un marido violento, hasta que cansada de padecer sus acometidas, y después de un año de indecisiones, se fue de casa y pidió el divorcio.

El mal trago de su experiencia, y sus recuerdos infantiles, convencieron a esta mujer de la necesidad de enfrentarse a la violencia doméstica. En principio, pensó en sumarse a alguna asociación de la Comunidad, pero surgió la sorpresa. 'Hay asociaciones de mujeres separadas, divorciadas, pero no existe ninguna dedicada luchar contra las agresiones en el hogar', recuerda Fina. La falta de este tipo de entidades supuso el espaldarazo final que necesitaba para decidirse a crearla. De esta forma nació este año Mujeres Maltratadas Unidas Activas (MMUA), una asociación con sede en la calle Francisco Falcón 16, bajo, de Natzaret (Valencia) dirigida a ayudar a las mujeres que sufren la violencia a manos de sus parejas. La entidad es la única que, al margen de la Administración, presta ayuda a mujeres, ya que los recursos de asistencia -desde casas de acogida a ayuda psicológica o legal- están vinculados de una u otra forma a la Consejería de Bienestar Social a través de la dirección general de la Mujer.

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Un refugio para las mujeres de riesgo

La asociación pretende sumar esfuerzos en un campo muy escaso de ayudas. Pese al apoyo de la Administración, las casas de acogida son un recurso muy escaso. No es extraño que tarden varias semanas, o incluso más según mujeres consultadas que han solicitado amparo a la consejería, como muy bien sabe Fina. Más de una vez, la presidenta de la entidad acogió a mujeres que temían volver a sus casas.

De momento, la asociación está echando a andar y presta asistencia por las tardes. Sus prioridades se dirigen a atender a las mujeres 'que necesiten un lugar para hablar y pedir ayuda', según su presidenta. Fina sabe por experiencia la importancia de los psicólogos y abogados en los primeros momentos de la ruptura, cuando la decisión de abandonar a la pareja está tomada. Dar los pasos legales adecuados -denunciar las agresiones y solicitar el divorcio- son cuestiones fundamentales para defenderse de acusaciones de abandono de hogar. De igual forma, es fundamental la ayuda de un especialista para devolver la autoestima de la mujer debilitada por años de agresiones. Junto a estos aspectos, la asociación prevé en breve contar con casas de acogida para alojar a las mujeres que necesiten salir de su ambiente y rehacer su vida, un periodo que se puede extrender entre los tres y cuatro meses. Hasta el momento, son unos 60 socios y se encuentran esperando ayudas tanto de entidades públicas como privadas para consolidarse.

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