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Reportaje:

Los bomberos festejaron a su patrón con los niños de un hospital

Los bomberos municipales celebraron ayer su patrón con los niños del hospital de San Rafael

Los 1.558 bomberos del Ayuntamiento de Madrid tenían ayer mucho que festejar, aunque algunos de ellos estuviesen para pocas celebraciones. El día de su patrón, San Juan de Dios, coincidió con la jornada después del derrumbamiento de un edificio en Chamberí -que se saldó con un muerto y una veintena de heridos, varios de ellos bomberos- y de algunos otros siniestros más.

El susto del día anterior, cuando cerca de 80 bomberos dedicaron toda la tarde y parte de la noche a las tareas de rescate en el edificio que se derrumbó en la calle de Gaztambide, había tenido también su réplica en el barrio de Tetuán. Justo tres cuartos de hora después de que se desplomara el inmueble de Chamberí, a las 14.45 se fue abajo parte de otro bloque de viviendas en obras en la confluencia de la calle del Cañaveral con la avenida de Asturias. La suerte quiso que los obreros que trabajaban en esta finca del Ivima estuvieran en ese momento comiendo, pero los bomberos tuvieron que trabajar, desde la medianoche hasta la una de la madrugada, para demoler el resto del inmueble.

Y como no hay dos sin tres, en el número 76 de la calle del Mesón de Paredes (Centro), se desprendieron, a las diez de la noche, ocho metros de fachada. Los bomberos, de nuevo, tuvieron que actuar. Tampoco aquí hubo heridos, pero los dos inquilinos del piso afectado, un hombre y una mujer, se llevaron un buen susto. Fueron realojados por los servicios sociales municipales ayer por la mañana.

Muchos de los bomberos que acudieron a la calle de Gaztambide eran 'voluntarios que el miércoles se encontraban francos de servicio', como destacó su inspector jefe, Juan Redondo.

La labor bien hecha ante los avatares de la fuerza de la gravedad -y un mantenimiento de los edificios que deja bastante que desear-, sumada a la participación de su unidad de buceadores para rescatar a un hombre que se ahogó dentro de un coche en el río Jarama, tuvo su reconocimiento en los diversos actos que jalonaron el día del patrón.

El más emotivo, sin duda, fue la cita con los niños del hospital de San Rafael, tradicionalmente regentado por los hermanos de San Juan de Dios. Allí, los bomberos entregaron globos a los chavales ingresados y a los que estaban de visita, y efectuaron una exhibición en el aparcamiento.

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El alcalde de la capital, José María Álvarez del Manzano, no perdió la ocasión de alabar la tarea de los bomberos y del resto de los servicios de emergencia municipales -el Samur puso en funcionamiento su hospital de campaña y atendió a todos los heridos por el derrumbamiento del miér-coles-, pero echó balones fuera a la hora de reconocer que los edificios de Madrid no pasan inspecciones suficientemente exhaustivas. Polémicas aparte, los protagonistas fueron ayer los trabajadores del servicio de extinción de incendios municipal. Y si no, que se lo digan a los chavales que contemplaron arrobados cómo un señor de impoluto uniforme y brillante casco les entregaba un globo y lucía sus mejores habilidades para dar muestra de su entrenamiento. Y claro, así, niños y niñas dicen después que de mayores quieren ser bomberos...

Un bombero del Ayuntamiento entrega ayer globos a varios niños en el hospital de San Rafael.
Un bombero del Ayuntamiento entrega ayer globos a varios niños en el hospital de San Rafael.BERNARDO PÉREZ

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