El promotor de una bienal en Alicante considera que su modelo se ha copiado sin rigor en la de Valencia
Premio Nacional de Diseño y Escenografía en Francia, este artista de 57 años, antiguo alumno de Oteiza, dice que no le importa que la bienal se realice en Alicante o Valencia, pero sí está indignado por haber sido obviado su trabajo cuando ha servido de modelo al promovido por la directora general de Promoción Cultural, Consuelo Ciscar. No obstante, considera que la ciudad de Alicante, con un nivel cultural bajo mínimos, ha perdido una gran oportunidad debido a 'la desidia y al desprecio' de la Diputación de Alicante, que se echó atrás, pese al apoyo al proyecto por parte del Ayuntamiento y otras instituciones.
El escultor, fotógrafo y pintor afirma que la principal característica singular de la Bienal de Valencia -su condición multidisciplinar (pintura, escultura, teatro, cine...), tal y como ha repetido Luigi Settembrini, director de esta iniciativa- es una copia de su proyecto. Así se explica en el detallado dossier que presentó a las instituciones. Ambos proyectos también son coincidentes en el uso de varios espacios de la ciudad, y en el enfoque socioeconómico. 'Contribuir a mejorar y difundir internacionalmente la imagen pública de la ciudad y de la provincia', dice el texto del proyecto presentado por Iñiguiz. Un propósito idéntico se contempla en el catálogo de la Bienal de Valencia. El artista vasco proponía la creación de una fundación -la Bienal de Valencia ya la ha creado- y estimaba que el presupuesto de las actividades a realizar entre julio y noviembre -de junio a octubre es la de Valencia- ascendía a casi 800 millones, 100 menos que la de Valencia. La bienal de Alicante debería presentarse en las principales ciudades del mundo, como Madrid, Nueva York o México, tal y como ya ha hecho la Bienal de Valencia.
Al margen de otras similitudes, Iñiguiz, cuyo proyecto debería celebrarse en 2002 para no coincidir con la de Venecia, critica la Bienal de Valencia por la improvisación y la arbitraria y elitista selección de artistas realizada por un equipo de italianos. Él planteaba que cada uno de los entre 40 y 50 países participantes eligiera a los artistas. Para prestigiar la cita, preveía la concesión de galardones, entre otros aspectos. Acusa a la Bienal de Valencia de vender arte y artistas como si fueran 'pantalones vaqueros' y asegura que el mundo del arte valenciano 'está muy cabreado'.
Fuentes conocedoras del proyecto de Alicante señalan que Ciscar estimó que era caro y que su ubicación en Alicante no era la óptima. La directora general propuso a Settembrini hacerse cargo del proyecto de la Bienal de Valencia en Florencia. Ciscar ha reiterado que la Bienal de Valencia se contemplaba en el programa electoral del PP.
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