La cantera de ETA
Según el Ministerio del Interior, la organización juvenil abertzale Haika, cuyos dirigentes fueron detenidos ayer por orden del juez Garzón, forma parte del complejo organizativo de ETA como cantera de la que salen los terroristas. El PNV, por su parte, calificó las detenciones de nueva 'garzonada', recordando anteriores iniciativas de este juez que la Audiencia Nacional desmontó en alguna medida, y expresó su temor de que se trate de una operación que obedezca a 'un impulso político' relacionado con las elecciones.
Acabar con la impunidad de hecho con que se mueven esos grupos juveniles que extienden la intimidación de los ciudadanos que no se pliegan -políticos, jueces, periodistas, profesores- es una condición para interrumpir el proceso de renovación generacional de ETA. Que existe una relación entre Haika, prolongación de Jarrai, y la violencia callejera es una evidencia social; también lo es que esa práctica sirve de iniciación y campo de captación de futuros terroristas. Pero se necesitan pruebas personalizadas para considerar que ser dirigente de Haika equivale a formar parte de ETA, y no será fácil encontrarlas.
Sin embargo, no es exacto que la Audiencia haya desautorizado la investigación realizada por Garzón de las tramas financiera, de comunicación, exterior, etcétera, de ETA. El pasado 8 de febrero, la Audiencia Nacional dictó un auto en respuesta a un recurso de los encausados por sus actividades en Xaki, organización especializada en las relaciones exteriores del entramado. El auto distingue entre 'integración' y 'colaboración', aunque admite que una colaboración permanente con ETA podría considerarse equivalente a pertenencia a la misma. En función de ese criterio, la Audiencia rechaza la identificación automática de Xaki con ETA, pero considera que hay suficientes indicios como para mantener el procesamiento de la mayoría de los imputados por sus actuaciones individuales orientadas a 'favorecer los fines' de ETA.
El director de la Policía dijo ayer que se ha requisado 'documentación como para llenar un camión'. Habrá que esperar a conocer los resultados de un análisis preciso para saber si hay pruebas que justifiquen la acusación de pertenencia a la banda. Pero, con independencia de ello, merece elogio, y no sarcasmos, que la justicia intente acabar con la impunidad con que el sector juvenil del tinglado se entrena para matar amenazando, agrediendo y destruyendo.
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