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Crónica:V FESTIVAL DE JEREZ
Crónica
Texto informativo con interpretación

Baile tan lleno de gracia

Bailaores de distinto signo. María del Mar Moreno, jerezana; Eduardo Serrano El Güito, madrileño. Los dos buenos artistas cuando bailan personalmente, aunque los espectáculos que presentaron no fueran precisamente ejemplares.

El principal pecado de los Momentitos de locura, de la Moreno, fue la extensión. Hora y media es demasiado tiempo para ver tres bailes de ella más la patadita final por bulerías. Lo demás se le fue en material de relleno, cantes de preparación excesivamente largos, por ejemplo, aun reconociendo que los cantaores fueron interesantes.

Luis de Pacote, quien se mantiene casi en los círculos de aficionados, es cantaor irregular pero de buen temple flamenco, que a veces tiene un quejido cargado de emoción. Antonio Malena es un excelente cantaor atrás, y lo demostró cumplidamente una vez más. En cuanto a Juan Vargas El Mono, que actuó como artista invitado, realmente no hizo mucho más que contribuir a alargar innecesariamente la duración del espectáculo.

Momentitos de locura y Raíces gitanas

Baile: María del Mar Moreno y Eduardo Serrano El Güito. Teatro Villamarta, 3 de marzo.

Elegancia

Malagueñas, soleares y siguiriyas fueron los bailes que hizo María del Mar Moreno. El hecho de que bailara malagueñas llama ya la atención, pues no es estilo proclive al baile. La bailaora lo hizo con enorme elegancia, insinuando los pasos más que marcándolos, con delicadeza que se plasmaba sobre todo en belleza plástica, en escultura corporal. Por soleares y por siguiriyas, aunque en un plano más convencional, la bailaora se movió con autoridad y flamencura, haciendo ese baile de mujer tan lleno de gracia que ya no vemos con frecuencia.

El Güito brilló en la farruca y, sobre todo, en la soleá. Su baile sobrio, de hombre/hombre, vertical, casi siempre lento y templado, tiene una belleza que tampoco ahora es frecuente. Su soleá se pone como modelo para bailaores, y lo es aunque no le tocara en suerte su mejor noche. Tuvo en contra problemas de sonido y el partido Madrid-Barcelona en la televisión. Aun así quedó patente su gran clase de bailaor.

El grupo que le acompaña, integrado por una bailaora y tres bailaores, tiene un buen nivel técnico, aunque se exceden, sobre todo ellos, en el uso abusivo de los pies, que convierten en auténticas ametralladoras.

Es éste uno de los problemas serios del baile actual de los jóvenes, que ponen todo su empeño en alardes de zapateados de enorme complicación. Los bailaores de El Güito machacaron sin piedad el escenario, y ello les valió incluso ovaciones del público. Pero el baile no es sólo eso. Cuentan también la gracia, el cuerpo en su totalidad.

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