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Reportaje:INNOVACIÓN

Neveras españolas para la nave espacial internacional

La empresa NTE empezó a vender sus productos a la Agencia Europea del Espacio en 1994 y tiene pendientes de entrega seis frigoríficos

Nuevas Tecnologías Espaciales (NTE) entregará el próximo mes de marzo a la Agencia Europea del Espacio (ESA) las seis neveras plegables que ha diseñado y fabricado para la Estación Espacial Internacional (ISS), que se está ensamblando en el espacio. Valoradas en 400 millones de pesetas (casi dos millones y medio de euros), se integrarán en el laboratorio Biolab, uno de los tres que existirán en el módulo europeo Columbus.

Se trata de dos congeladores, dos neveras y cuatro contenedores climatizados de última generación, donde se almacenarán muestras biológicas y fisiológicas. En el Biolab se llevarán a cabo investigaciones y experimentos en cultivos y tejidos celulares, microorganismos, plantas e invertebrados.

Los congeladores alcanzan temperaturas de entre 10 y menos 20 grados centígrados, garantizando la temperatura seleccionada con una precisión de más menos un grado. El acceso a las muestras se hace sin alterar el ambiente térmico. Por razones obvias, el consumo eléctrico y su mantenimiento son mínimos, según las exigencias de la ESA. Asimismo, las dimensiones son muy reducidas, lo que se consigue gracias al aislamiento térmico, altamente innovador.

'Se trata de un nuevo concepto consistente en utilizar una estructura de fibra de carbono de paredes huecas en donde el aire actúa como aislante térmico, debido a que, en ausencia de gravedad, no existe convección del aire', explica Francesc Gallart, director de mercadotecnia de NTE.

Su peso también es extremadamente ligero, por lo que son plegables e hinchables. 'Considerando que pesan unos 20 kilogramos menos que los modelos tradicionales, y que lanzar un kilogramo al espacio cuesta en torno a los cuatro millones de pesetas, se deduce la importancia de este avance tecnológico', añade Gallart.

Una relación de años

Casi todas las neveras que ha precisado la ESA desde 1994 han sido fabricadas por NTE. Sus equipos, de diseño y tecnología propios, se han instalado en los laboratorios Spacelab y Spacehab, integrados en los transbordadores estadounidenses Columbia y Atlantis, así como en la MIR, la estación espacial rusa que será destruida en breve.

NTE fue fundada en 1987 por la multinacional de origen español C. H. Werfen, fabricante y distribuidora de productos para el sector médico, y de la que forman parte sociedades como Izasa, Instrumentation Laboratory, Biokit, Diagniscan o Leventon. Ubicada en Barcelona, su actividad se reparte entre el desarrollo de proyectos de ingeniería espacial y el diseño de programas informáticos. Con una plantilla de 43 personas, el año pasado facturó 900 millones de pesetas ( 734 millones de 1999).

Entre otros trabajos espaciales de NTE, destaca un sistema de teleciencia para controlar desde la Tierra experimentos científicos, el diseño de contenedores biológicos e instrumentación para realizar en ausencia de gravedad estudios cromosómicos en moscas Drosophila para el científico español Roberto Marco, de la Universidad Autónoma de Madrid. También la detección del desplazamiento de fluidos corporales en los astronautas sometidos a ingravidez. 'Este último tiene una gran importancia para nosotros, ya que se está validando su aplicación dentro del sector agroalimentario para el control de calidad de productos cárnicos y en el proceso de fermentación del cava', dice Gallart.

Las neveras no son la única aportación de NTE a la ISS. La empresa también es responsable del gimnasio espacial, donde se ejercitarán a diario los astronautas. NTE es además responsable de la gestión del mismo, de su diseño global, de la electrónica y del software. La mecánica, estructura y el motor los subcontrató a dos empresas suizas; también ha colaborado el Centro de Alto Rendimiento para Deportistas de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).

El prototipo fue probado por tres astronautas de la NASA. Ya se está fabricando el modelo definitivo, que se entregará en diciembre de 2002 para ser instalado en el módulo americano de la ISS un año más tarde. El presupuesto total se eleva 1.248 millones de pesetas (7,5 millones de euros).

La ISS está siendo construida por europeos, rusos, norteamericanos, japoneses y canadienses a 400 kilómetros de la Tierra. Su coste estimado es de unos 25.000 millones de dólares (3,5 billones de pesetas). El ensamblaje de sus módulos comenzó en 1998. Cuando quede terminada, entre 2004 y 2005, presentará una superficie habitable de 1.300 metros cuadrados, equivalente a un campo de fútbol, y pesará 500 toneladas. En ella vivirán permanentemente siete astronautas, además de las tripulaciones de visita y de los científicos enviados para realizar experimentos.

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