H. Barrera y los hipócritas

Unas recientes declaraciones de Heribert Barrera han levantado la gran escandalera. Comenzaré diciendo, antes que nada, que no comparto algunas de las opiniones del veterano político republicano catalán, y buen amigo mío desde hace tiempo. Por ejemplo, cuando dice entender que se pueda matar por ideales pero no por dinero, refiriéndose a ETA. Pero he de añadir que no lo comparto cualquiera sean los ideales que se invoquen. No comparto que se pueda invocar que es lícito luchar, matando incluso, 'hasta derramar la última gota de sangre en defensa de la patria, es decir España'. Por poner un ejemplo bien cercano. No estoy por aquello del puño y las pistolas. Tampoco estoy de acuerdo cuando refiriéndose al problema de la inmigración, declara que él habría votado a favor de la Ley de Extranjería del PP. Sucede, sin embargo, después de todos los ataques que desde la derecha -políticos y periodistas adictos- se le han lanzado a Barrera, que el político catalán está de acuerdo con la política inmigratoria del PP, según ha declarado. ¡Qué más quieren! Claro que esta declaración de Barrera se la han callado como muertos y nadie la ha resaltado y se han cuidado muy bien de ocultarla. El espectáculo ha sido de lo más chocante y divertido. No permite el espacio de esta columna entrar en la hipocresía de no pocos que han puesto en la picota a Barrera por atreverse a decir lo que ellos mismos están pensando. Me estoy refiriendo a sectores socio-político-mediáticos de la derecha. Pero es que resulta que el político catalán es ¡nacionalista! Y entonces, ¡leña al mono, que es nacionalista! Barrera ha señalado el peligro de una inmigración masiva para la identidad de Cataluña. ¡Horror! 'Este señor es un racista! Vade retro!'. Según un informe de la ONU, la población española dentro de 50 años habrá bajado a poco menos que 30 millones de habitantes. ¿Qué dirían estos que ahora llaman racista a Barrera ante la posibilidad de que 10 millones de magrebíes y subsaharianos viniesen a cubrir ese déficit poblacional? Y es que no se trata de Barrera. El pasado viernes la Televisió Valenciana nos ofreció al final del noticiario el espacio Blanques o negres. El conocido periodista del PP -y de Zaplana- Carlos Dávila, compartió espacio con J. J. Pérez Benlloch para hablar -¡dos minutos y medio!- sobre las declaraciones de Barrera. Fue divertidísimo. Para el señor Dávila, Barrera es un racista y un impresentable por su actitud frente a los emigrantes. Luego resulta que el tal Dávila, no hace mucho, en la tertulia de RNE, menospreciaba a los emigrantes diciendo que estos que venían a España no eran unos necesitados, que era gente que tenía dinero para pagarse el viaje. (En patera, claro). Que los verdaderos pobrecitos necesitados eran los que se quedaban en su país. Opinión que coincidía con la de ese otro prestigioso opinador, Jiménez Losantos, que desde la COPE decía con desprecio: 'Los emigrantes no son muertos de hambre que vienen a buscar trabajo'. Por lo visto, vienen a España a adquirir conocimientos y volverse a su país. Es más o menos lo que venía a decir el Águila de Teruel, como acertadamente le definió Julio A. Máñez el domingo pasado. En resumen: que este país (quiero decir el español) está lleno de hipócritas a la hora de enjuiciar esto de la inmigración. En el sector de la derecha, desde luego. Y en el de la izquierda, no diría yo que no hay algunos que apuntan maneras. En fin... ¡puede el baile continuar!

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