La pintura de Rafael Zabaleta regresa a Bilbao con una exposición antológica procedente de su museo de Quesada
El Museo de Bellas Artes de Bilbao organizó en 1955 una exposición del pintor jienense Rafael Zabaleta (1907-1960) y a raíz de la muestra adquirió para sus fondos dos cuadros del artista. El trabajo de Zabaleta vuelve ahora a Bilbao en una muestra antológica que recorre toda sus etapas creativas, desde finales de los años 30 hasta poco antes de su muerte. La exposición reúne 24 pinturas, tres acuarelas y seis dibujos que por vez primera en más de cuatro décadas han salido del museo que lleva su nombre en Quesada, su localidad natal. La muestra fue inaugurada ayer en la sala de la Fundación BBK (Gran Via, 30) y estará abierta hasta el 16 de abril.
Zabaleta alcanzó un estilo propio al trasladar la herencia recibida de las vanguardias históricas -principalmente del cubismo, surrealismo y fauvismo- a los temas locales, según explicó el comisario de la exposición, José Luis Chicharro. 'Su aportación fue tratar lo local para trascender a lo universal', subrayó. El artista evolucionó desde un estilo ecléctico que toma rasgos vanguardistas a otro más personal en los años 40, que desembocó más tarde en un lenguaje más intenso, de corte expresionista. El paisaje y los campesinos arquetípicos de la sociedad rural de su época, la mujer y su interpretación del autorretrato fueron los temas abordados por su pintura.
El legado de Zabaleta -114 óleos, algunas acuarelas y unos 500 dibujos- está depositado en Quesada, un municipio de 6.500 habitantes que acaba de retomar la construcción de nuevo museo, dedicado en al artista, en el que se invertirán 700 millones.
