La OTAN devuelve a Serbia con condiciones el control de su frontera con Kosovo

El presidente yugoslavo, Vojislav Kostunica, aseguró horas antes que la porción devuelta podría alcanzar hasta un 75%.

La OTAN ha exigido a Belgrado la aplicación de medidas de confianza que permitan la integración social de la minoría albanesa, así como gestos de buena voluntad como la retirada del temible Cuerpo de Prístina, la unidad del Ejército que se destacó por su ferocidad en las acciones de limpieza étnica.

La UE, que el lunes acordó incrementar a 30 el número de observadores civiles en ese área con funciones puramente informativas, ha designado un enviado especial para el sur de Serbia. También la OTAN hará lo mismo. Ambos representantes evaluarán sobre el terreno la situación.

Los Balcanes, y especialmente la violencia en Presevo, fueron objeto de examen ayer por los ministros de Exteriores de la Alianza Atlántica. Su secretario general, George Robertson, afirmó que el mando sobre la zona de seguridad continuará en manos de la Kfor. No se habló de incrementar la presencia de tropas de la fuerza multinacional.

El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, avisó a Belgrado de que EE UU vigilará cuidadosamente la situación y que responderá en caso de abusos por parte del Ejército y la policía serbias. Powell se entrevistó antes del Consejo Atlántico con la fiscal del Tribunal de La Haya, Carla del Ponte, pero nada trascendió pese a los rumores crecientes de una próxima detención de Slobodan Milosevic.

'Hemos entrado juntos y juntos nos iremos', manifestó ante los ministros de la OTAN refiriéndose a la contribución militar y política de los occidentales a la pacificación de los Balcanes. EE UU sigue comprometido en mantener tropas en la región, pero contempla una reducción previa consulta de los aliados.

Por otra parte, en una turbulenta sesión caracterizada por los gritos, abucheos e incluso alguna agresión, el Parlamento yugoslavo aprobó en la noche del lunes una ley de amnistía que beneficia a unos 26.000 hombres que han abandonado las filas del Ejército durante los últimos nueve años. En la misma sesión se aprobó la amnistía para 108 prisioneros albanokosovares que desde junio de 1999 permanecían en cárceles serbias tras la retirada del Ejército yugoslavo de Kosovo.

La amnistía constituye una nueva vuelta de tuerca al ex presidente Slobodan Milosevic, ya que estos nueve años abarcan todos los de las sucesivas guerras que Belgrado ha librado contra sus vecinos. Desde la tribuna, la mujer de Milosevic, Mirjana Markovic, líder de Izquierda Unida Yugoslava (JUL), se opuso con vehemencia a la aprobación de la ley, pero la Cámara, dominada por los reformistas, le respondió con fuertes abucheos.