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Columna
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Psicopatología de la política cotidiana

La consigna xenófoba ('los moros a Marruecos, que es donde tienen que estar') de un diputado socialista del Parlamento andaluz recogida por una grabadora indiscreta antes de que la Cámara celebrara el pasado 7 de febrero un pleno sobre la materia y los despectivos comentarios sobre los inmigrantes extranjeros ('sólo aprenden a decir buenos días, buenas tardes y dame de comer') vertidos hace una semana en Girona por la esposa del presidente de la Generalitat durante una charla-coloquio muestran la amplitud de la brecha existente entre los pronunciamientos oficiales de los partidos y las posiciones mantenidas por sus dirigentes o militantes de forma confidencial o en círculos restringidos. El tono jocoso del diputado Rafael Centeno o el aire improvisador de Marta Ferrusola no disculpan, sin embargo, el sentido ofensivo de sus frases para un lector de Sigmund Freud y de sus obras El chiste y Psicopatalogía de la vida cotidiana: el psicoanálisis descifra las astucias utilizadas por el inconsciente (los actos fallidos, las equivocaciones orales y escritas, los olvidos, los errores y las torpezas expresivas) a fin de burlar las barreras que cierran el paso a sus más profundos sentimientos. Ni el sollozante arrepentimiento en público del diputado socialista (que tardó en producirse varios días, tiempo empleado por sus compañeros del PSOE para endilgar la autoría de la infamia a un dirigente del PP) impide a los hermeneutas interpretar su desagradable patosería en términos de xenofobia latente, ni la intervención de Marta Ferrusola tiene que ser absuelta como el comentario irreflexivo que se le puede escapar a cualquiera en una relajada charla entre amigos.

La discusión sobre la condición de persona particular de la esposa de Jordi Pujol en tanto que conferenciante carece de sentido: el carácter de figura pública de Marta Ferrusola, aunque no sea un cargo electo ni ocupe una función remunerada, resulta evidente. En cualquier caso, el posterior apoyo prestado a sus palabras tanto por el presidente de la Generalitat como por su conseller in cap ha despejado cualquier duda al respecto. Artur Mas declaró primero que la intervención de Marta Ferrusola sólo había sido 'una reflexión en voz alta, nada peyorativa para los inmigrantes, que seguramente comparten miles de personas'; Jordi Pujol confirmó después que esas apreciaciones también son defendidas por 'la gran mayoría' de los catalanes aunque no inspiren la política oficial de inmigración de la Generalitat. Queda ahora por saber si CiU se dispone a seguir obedientemente los dictados de esa opinión pública supuestamente mayoritaria o si opta por modificarla mediante una campaña pedagógica.

Los comentarios de Marta Ferrusola en Girona están construidos con los componentes utilizados habitualmente para fabricar estereotipos sobre los extranjeros orientados a provocar los recelos, suscitar los temores y atizar los odios en las poblaciones de acogida. Gentes procedentes de otra cultura, con diferentes gustos gastronómicos ('no quieren comer lo mismo que nosotros') y que utilizan el castellano en vez del catalán como segundo idioma, los inmigrantes criticados por la esposa del presidente de la Generalitat tienen también creencias religiosas propias: 'Quizás de aquí a diez años las iglesias románicas no servirán y haya mezquitas'.

Nada más monocorde que el discurso de la xenofobia. A finales del siglo XIX los hábitos peculiares y la falta de apego a la religión católica de los inmigrantes llegados a Vizcaya constituyeron para Sabino Arana factores tanto o más decisivos que la raza y la lengua a la hora de levantar la bandera de la independencia. La sustitución de las 'pacíficas y sanas' costumbres vascas por otras 'procedentes del lado de allá del Ebro' y el desplazamiento de la 'religión indígena' por la 'indiferencia' y el 'fanatismo' implicaban el despliegue de todos los males: los inmigrantes habían traído con ellos 'las corridas de toros, el baile y el cante flamenco, la cultísima lengua tan pródiga en blasfemias y sucias expresiones, la navaja, y tantos y tantos excelentes medios de civilización'. Aunque la conclusión moleste a los interesados, esos mismos prejuicios subyacen a las bromas del diputado Centeno, a las observaciones de Marta Ferrusola y a los temores del veterano dirigente nacionalista Heribert Barrera sobre la eventual desaparición de Cataluña a causa de la inmigración.

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