Otra forma de comunicarse
Los cibercafés ganan adeptos como locales de entretenimiento a la vez que de trabajo
Cuando se empezó a hablar de Internet muchos pensaban que el nuevo medio iba a terminar con la comunicación. Muchos gurus filosofaron sobre el fin de las relaciones y el principio del aislamiento del ser humano. Ahora, unos años después, han comenzado a florecer en Valencia y Alicante los cibercafés, lugares de reunión donde se puede alquilar un ordenador a la vez que te tomas un café, un refresco o una copa.
'Me gustan porque me resultan muy útiles', comenta Pablo, un asiduo a estos lugares que aprovecha los ordenadores de alquiler 'para hablar con amigos que están en otro país'. 'El correo electrónico tiene la ventaja de que puedes comunicarte con alguien con el que antes no podías hacerlo sino era a través de una carta y no es lo mismo escribir una carta, que cuando la recibes tu estado de ánimo ya ha cambiado, que hacerlo a través de un e-mail, que supone una comunicación instantánea, como si hablaras por teléfono. La única diferencia es que en lugar de hablar, escribes', afirma.
'Vienen muchos extranjeros que lo utilizan para seguir relacionándose con los amigos de su país de origen, y mucha gente de aquí que aún no tiene Internet en casa o que viene al café porque le resulta más entretenido', comenta Cristina, encargada de uno de los locales en Valencia de Area Café, en la calle de Salamanca, una cadena de establecimientos de este tipo que en poco más de un año ha abierto tres locales en nuestra ciudad.
'Es verdad que normalmente los clientes pueden sentarse uno al lado del otro, ponerse de cara al ordenador y no mediar palabra entre ellos, y mientras, están conversando con amigos que están en Londres, Viena o Nueva York, pero también es cierto que la gente que utiliza los ordenadores para jugar sí que acaba conociéndose y estableciendo una comunicación porque tienen un hobby común: los juegos', añade.
Cuando entras en un cibercafé su aspecto es el mismo de cualquier bar: 'Queremos diferenciar la zona de copas, que está en la entrada, de la sala de ordenadores, generalmente en el fondo del local. Últimamente, incluso tratamos de separar los ordenadores donde se puede jugar de otros espacios donde los usuarios puedan trabajar o chatear tranquilamente'.
El tipo de gente que frecuenta estos locales varía según la hora y el día. 'A las horas de salida de los institutos vienen los chavales y por la noche la gente es más mayor, los fines de semana se juntan personas de todas las edades', comenta David, responsable de Planet Café, sito en la calle del Maestro Gozalbo de Valencia, 'vienen a chatear, a navegar y sobre todo a utilizar los juegos de ordenador. No, no sólo juegan chavales de instituto, hay gente mayor de 30 años que también juega. Eso sí, siempre son hombres. Las mujeres vienen más a chatear, o a buscar documentación a través de la red'.
Las copas están al mismo precio que en cualquier otro bar y el precio de alquiler de los ordenadores varía, pero suele oscilar entre las 400 y las 600 pesetas la hora. 'Otra ventaja que tenemos es que estamos abiertos hasta las dos de la madrugada para facilitar el acceso a nuestros clientes', explica David, 'y muchos de ellos acuden cada noche, son asiduos'.
'Aunque no se puede hablar de gente enganchada', aclara Cristina, 'sí que es cierto que hay gente que llega tensa, nerviosa y cuando se va lo hace mucho más relajada. Yo digo que a mucha gente le sirve de terapia y si tienen problemas con el ordenador nosotros también estamos aquí para ayudarles a conseguir lo que buscan'.
Parece evidente que más que causar el aislamiento de las personas, Internet está consiguiendo establecer una comunicación global que hasta hace poco hubiera parecido pura ciencia-ficción y que ahora ya forma parte de la vida cotidiana.

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