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Los andaluces de Valencia pitan a la viceconsejera de Gobernación

Teresa Agudo, viceconsejera de Gobernación, confundió ayer los papeles, quiso picar desde el centro del redondel y cosechó una sonora pitada en la Plaza de Toros de Valencia, donde ofició como representante institucional del gobierno de Manuel Chaves en la celebración del Día de Andalucía que las federaciones de emigrantes residentes en la Comunidad Valenciana celebran cada año con traje flamenco, cante y baile.

Los cerca de 400.000 andaluces de primera y segunda generación residentes en la Comunidad Valenciana siempre han sido objeto de especial consideración por parte de los responsables políticos de la Generalitat Valenciana en atención a su potencial electoral. Cada año, la Diputación de Valencia cede la Plaza de Toros de la capital a la Federación de Entidades Culturales de Andalucía el domingo más próximo al 28 de febrero para que los parientes de los jóvenes que cultivan los bailes regionales en tierras foráneas disfruten del talento de sus descendientes.

Y cada año, durante unos minutos, las palmas dan paso a un breve saludo institucional. Eduardo Zaplana, que accedió a la presidencia de la Generalitat Valenciana hace seis años, no ha faltado nunca a la cita.

La Junta de Andalucía también envía siempre a un representante. Lo normal es que apenas transmita un saludo. El público agradece el gesto y sigue la fiesta. Pero Teresa Agudo se equivocó.

Tedioso discurso

La viceconsejera de Gobernación se arrancó con un alguna broma, pero se embarcó en un tedioso discurso sobre la feliz evolución registrada por Andalucía desde 1980, cuando el pueblo apoyó masivamente el autogobierno. 'Somos una comunidad líder', clamó Agudo, cuando empezaron a oírse algunos pitos.

La viceconsejera interrumpió su discurso, miró al tendido y dijo con cierta arrogancia: 'Los que pitan no van a conseguir que me ponga nerviosa'. Y siguió dando vueltas a la 'autoestima' y a otros logros políticos que no venían a cuento.

Después de cinco largos minutos de pasar papeles y repetir consignas la cosa subió de tono. Pañuelos, más pitos y un rumor creciente: 'Fuera, fuera, fuera'.

Agudo no se arredró. Siguió hasta el final. Y cada vez que mencionó el interés del Gobierno andaluz por trabajar 'al alimón' en apoyo de los proyectos de los andaluces residentes en la Comunidad Valenciana -'nuestros mejores embajadores'-, no hizo sino torcer las cosas. 'Fuera, fuera, fuera'.

La incomodidad de sus anfitriones era manifiesta. Zaplana, que seguía su intervención desde el escenario, a dos pasos de la viceconsejera, escondía la cara violento. Y hizo gala de torería. Se acercó al micrófono: 'Felicidades. Como cada año, venimos a rendir tributo'. Un par de chicuelinas, una estocada precisa: 'Enhorabuena', y en minuto y medio arrancó una ovación.

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