Una salida al círculo vicioso de las 'telecos'
Diamond Cluster apuesta por educar el mercado con la tecnología puente hacia el UMTS
Los expertos lo tienen claro. Las telecomunicaciones, en pleno descalabro bursátil, pueden atisbar la luz al final del túnel en cuatro nuevas siglas que ya empiezan a enriquecer la selva lingüística de la revolución tecnológica en curso: GPRS (General Packet Radio Service).
Las siglas no representan más que una tecnología puente entre la orilla del negocio actual, basado en vender voz y la transmisión de mensajes a través del móvil, y la orilla de lo que en el argot del sector se maneja como la '3G': la telefonía móvil de tercera generación, ésa que ha de convertir el móvil en un objeto prodigioso que permita el acceso a Internet a gran velocidad, marcarse una videoconferencia o descargarse música.
'El problema es cuándo llegará la tercera generación. El qué, Internet móvil, es incuestionable'
'El reto de los operadores es encontrar la forma de generar de manera rentable entre 50 y 60 euros por cliente. Y esto no se puede hacer sólo con servicios de voz, sino con aplicaciones de datos, contenidos, juegos, información y todo este mundo de la tercera generación. Tienen que averiguar cuándo y cuánto pueden cobrar. Pero la tercera generación va a llegar y generará cuantiosos ingresos', señala Javier Rubió, presidente para Europa y América Latina de la recién fusionada transatlántica Diamond Cluster International. Rubió habla con convicción, seguramente porque la consultora en servicios de e-business (cuya componente europea, Cluster, ha crecido por el Viejo Continente por la senda de la especialización en telecomunicaciones) ha estado asesorando a algunas operadoras en la cara carrera por obtener licencias de Internet móvil de tercera generación (UMTS).
Lo de cobrar es una de las lecciones aprendidas tras la crisis de las puntocom. 'Por el Internet fijo no se cobraba nada o prácticamente nada. Ya se le ocurriría a alguien cómo generar ingresos. Los inversores se lo creyeron una vez, pero no se lo van a volver a creer. Los operadores de Internet móvil cobrarán por las cosas. El punto de partida es bueno', subraya Rubió.
Dos años de vacío
Pero por el momento, el sector se ha gastado en Europa cerca de 20 billones de pesetas a la caza de licencias, arrastra más deudas de las esperadas y tardará tiempo hasta que pueda obtener algún ingreso por este tipo de servicios. Es un círculo vicioso.
El pez empezó a morderse la cola cuando las operadoras constataron el aplazamiento en el calendario de la tercera generación. La cuestión era poder participar del prometedor pastel que viene cocinando la revolución tecnológica. De pronto, un hueco de dos años y unos meses, hasta mediados de 2003, sin los móviles prodigiosos en perspectiva. Por no hablar de cuándo se venderán más móviles de la tercera generación que móviles tradicionales. Las últimas previsiones de Alcatel aplazan la fecha hasta 2007.
'El problema no es el qué, que es incuestionable, sino el cuándo. Si introduces incertidumbres tecnológicas y retrasas el lanzamiento de servicios, hay una penalización', añade el hombre fuerte de Diamond Cluster en Europa.
Ingresos aplazados, planes de negocio resentidos, niveles de endeudamiento desbordados, ratings por endeudamiento a la baja ante los mayores riesgos, en los que sólo salen relativamente bien paradas Telefónica y Vodafone. La Bolsa castiga duramente.
Mezclarse en el índice Nasdaq (donde Diamond cotiza desde 1997), con negocios tecnológicos, aunque sean los de grandes tradicionales, y con las telecomunicaciones conlleva un cierto efecto contagio. Por la unión de la americana Diamond y la europea Cluster, la firma de Chicago pagó 44 millones de dólares en efectivo y el resto de la transacción en acciones y stock options (13,8 millones de ellas). El valor de la operación, anunciada después del pasado verano, fue inicialmente de casi 980 millones de dólares. Ahora, este valor no alcanza los 500 millones de dólares.
La acción bajó casi a la mitad tras el anuncio de la fusión, pero se mantiene estable en los 32 dólares desde que ésta se hizo efectiva a finales de noviembre pasado.
'Bajó porque el mercado había dibujado una joroba alcista por el efecto Internet y el calentamiento de la economía. La euforia, que ya no está ahí, era mala para todos, aunque el enfriamiento nos obliga a acomodarnos a un entorno más difícil', señala el presidente de la nueva Diamond Cluster, Mel Bergstein.
Lo cierto es que la empresa, con base en Chicago, es una de las únicas cuatro firmas de servicios profesionales especializadas también en el Nasdaq que han cumplido con los objetivos fijados para el último trimestre del año 2000. De octubre a diciembre, los ingresos fueron de 90 millones de dólares. La suma de las dos empresas de todo el año fue de 350 millones de dólares. 'Habíamos previsto que, de cara al año 2001, el crecimiento sería del orden del 45%. La previsión ha descendido a un 30%', añade Bergstein.
Si la firma se readapta al nuevo contexto económico olvidando las prisas por abarcar con sus servicios una mayor porción del mapa en América Latina y Asia para concentrarse en el crecimiento en Europa y en abrirse a nuevos sectores de la economía, la recomendación para sus clientes pasa por la citada tecnología puente (GPRS). 'Si los operadores triunfan en el lanzamiento de estos servicios puente en los próximos 18 meses y consiguen educar el mercado, veremos un fuerte redespegue de las telecomunicaciones', asegura Rubió. Las inversiones en esta generación puente -tras el fracaso de los móviles WAP, que también aspiraron en su momento a tender puentes con el futuro- son marginales para los operadores, pero, según la consultora, supondrán ya el auténtico cambio radical de cara al consumidor. 'Será el paso del barco de vela al barco de vapor. Luego ya pasaremos al gasóleo, pero ya no habrá que remar ni esperar a que haga viento', comparan los expertos.
Conjugar intereses
Para que el GPRS tenga éxito, no sólo hace falta que haya terminales y servicios disponibles a una cierta escala (la tecnología ya existe), sino también una combinación de intereses que hoy todavía no se ha consolidado: la de los fabricantes de chips, la de los fabricantes de equipos y la de las operadoras de telecomunicaciones. A los tres grupos les hace falta educar el mercado.
Por el momento, sin embargo, el paisaje de las telecomunicaciones continúa abrupto, y la pauta la marcan operadores como Deutsche Telekom, con su plan de ventas de propiedades inmobiliarias, o France Télécom, con una venta fiasco en Bolsa de su filial de móviles Orange.
Dos pronósticos de Diamond Cluster para los próximos meses: un replanteamiento de los planes de las compañías de móviles en sus planes para buscar financiación en la Bolsa y más operaciones de fusiones y adquisiciones. Pese a que las empresas estén con el agua al cuello, la fórmula del intercambio de acciones marca la senda a seguir para crecer engulliendo operadoras pequeñas que se han quedado asiladas en mercados pequeños. O casar filiales. La necesidad de ganar masa crítica internacional nunca duerme.
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