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La aviación rusa bombardea y hunde un pesquero ruso que faenaba ilegalmente

La pesca furtiva en Rusia ya es algo que se puede pagar con la vida. Guardacostas rusos dispararon ayer desde un Antonov An-72 contra un barco pesquero que faenaba en aguas territoriales rusas al norte de las islas Kuriles, en el océano Pacífico. A consecuencia del bombardeo de las Tropas Fronterizas del Kremlin, el barco se fue a pique.

Lo curioso es que los guardias rusos fueron alertados por un avión de reconocimiento estadounidense. Los 28 tripulantes del pesquero Albatros 101 fueron recogidos por un buque guardafronteras ruso y llevados a tierra firme, donde se investigará el incidente. El Albatros 101 se hundió al norte de la isla de Shiashkotán, perteneciente al grupo septentrional de las Kuriles, a unos mil kilómetros al norte de Japón.

El bombardeo del arrastrero se produjo tras 23 horas de persecución y cuando a éste le faltaban sólo cinco kilómetros para abandonar la zona económica rusa, explicó el contralmirante Valeri Lognivenko.

Los incidentes de este tipo, aunque no con un desenlace tan dramático, son frecuentes en las costas rusas del Pacífico. Los barcos nacionales, a causa de las cuotas existentes, a menudo no pueden obtener licencia para pescar y se arriesgan a hacerse a la mar sin el permiso correspondiente. Cuando son descubiertos, no obedecen las órdenes de las lanchas y buques guardacostas y tratan de escapar a aguas internacionales.

El hundimiento del Albatros 101 se produjo dos días después de que otro barco ruso fuera perseguido y cañoneado por los guardacostas. Se trata del pesquero STM-17, matriculado en Vladivostok, cuyo capitán, Serguéi Stepánov, se negó a detenerse y enfiló a toda máquina hacia Japón. Al mismo tiempo se lanzaba como un kamikaze contra las lanchas guardacostas cuando éstas se acercaban al pesquero. Los perseguidores dispararon tres veces con sus cañones contra el STM-17, pero la tormenta que reinaba en la zona jugó a favor del fugitivo, que no fue alcanzado por los proyectiles. Sólo en la mañana de ayer terminó esa persecución cuando el pesquero fue escoltado al puerto de Wakkanai, en el norte de la isla de Hokkaido, por lanchas japonesas. Moscú ha pedido a Tokio que le entregue el STM-17 junto con su capitán. Si ello ocurre, Stepánov será juzgado, anunció el portavoz de las Tropas Fronterizas.

La pesca furtiva de los rusos se explica por las irregularidades que se registran a la hora de repartir las licencias y por los míseros sueldos de los pescadores, que prefieren vender sus productos ilegalmente en Japón, donde se les paga bien, que llevarlos a los puertos rusos del Pacífico.

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