Los obispos se vuelcan en la condena de la barbarie de ETA

El presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, encabezó ayer en Roma una enérgica condena de los obispos españoles contra el último atentado de ETA. Rouco defendió al mismo tiempo el camino propio de la Iglesia para luchar contra 'esta terrible plaga, esta situación de amenaza, de extorsión y asesinatos que no nos deja'. Criticado recientemente por el Gobierno ante la negativa de los obispos a avalar el pacto antiterrorista firmado por el PP y el PSOE, Rouco pidió que todos se comprometan 'a fondo en la erradicación del terrorismo'.

'Faltan ya palabras de condena', añadió convencido de que los católicos han entendido la posición de la Iglesia en la cuestión del pacto antiterrorista, aunque 'no es fácil', reconoció. El camino de la Iglesia sería la oración. 'La campaña de oración que hemos iniciado no se debe interrumpir, naturalmente poniendo en marcha también otros medios que tienen que ver con el compromiso apostólico, el compromiso humano, y el compromiso público', dijo.

Además de esta condena oficial, la práctica totalidad de los 67 obispos residentes y 15 auxiliares de España manifestaron a título personal, uno a uno, su rechazo por el atentado terrorista. Entre ellos, los obispos de las tres provincias vascas. El de Bilbao, Ricardo Blázquez, mostró su solidaridad con la familia de las víctimas, y con todo el que vive 'con el peso de la amenaza de muerte'. El de Vitoria, Miguel Asurmendi, pidió 'una actitud clara de defensa del derecho de la vida y de la libertad', y Juan María Uriarte, obispo de San Sebastián, exigió el 'fin de este inhumano baño de sangre' que aleja 'una paz ardientemente deseada'.

Condena de los sindicatos

Entre los sindicatos, las muestras de rechazo a la acción terrorista han sido igual de contundentes. CC OO hizo un llamamiento para no caer en 'la rutina del terror' y pidió la unión de los políticos 'en la defensa de la paz'. UGT exigió a ETA poner fin al 'lenguaje de violencia que pretende amordazar a la sociedad' y afirmó que 'no van a conseguir desestabilizar el sistema democrático'.

Los ecos de condena han llegado también desde la comunidad internacional. La Comisión Europea reafirmó su disposición a tomar medidas contra el terrorismo y subrayó que éste 'no es un problema solamente español, sino europeo'. El Consejo de Europa mostró su conmoción por lo ocurrido, mientras que Nicole Fontaine, presidenta del Parlamento Europeo, transmitió a las familias de las víctimas 'la solidaridad del Parlamento Europeo'.

También Amnistía Internacional se unió a la exigencia de que ETA deje de matar.