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La fiscalía italiana investiga un caso de corrupción que salpica a Dini

La justicia italiana quiere saber si es cierto que la compra (junto con la griega Ote) del 49% de Telekom Serbia dejó en los bolsillos de diversos intermediarios casi 2.600 millones de pesetas, como ha revelado el rotativo.

Según esta información, Dini, jefe de la diplomacia italiana desde abril de 1996, habría sido clave en la firma del contrato, actuando como catalizador de un proceso que se desarrollaba desde 1995. Entre los impulsores del acuerdo figura también el ex ministro de Exteriores británico Douglas Hurd, un elegante diplomático tory que, al dejar la política, pasó a trabajar para NatWest Markets, el banco de negocios del grupo americano que actuó como consultor en la privatización de Telekom Serbia. El diario americano The Wall Street Journal revelaba anteayer el nombre de uno de los beneficiarios de la operación. Se trataría de Gianni Vitali, un rutilante conde compañero de caza de Milosevic.

El ministro de Exteriores, acusado de simpatizar excesivamente con el lado yugoslavo durante la guerra de Kosovo, ha negado rotundamente su participación en el negocio. 'Me enteré por los periódicos', dijo. Sin embargo, ante el escándalo suscitado por la noticia, Dini se ha mostrado dispuesto a comparecer ante la Comisión de Exteriores de la Cámara de Diputados, como le pide la oposición. El escándalo ha salpicado a Telecom Italia, privatizada en el otoño de 1997 y absorbida poco después por Olivetti. El presidente de ambas, Roberto Colaninno, ha anunciado que irá a Belgrado para informarse de lo sucedido. Colaninno, que se encuentra en Teherán junto al ministro italiano de Industria, Enrico Letta, y un centenar de empresarios italianos, reconoce, sin embargo, que desde el punto de vista industrial, y pasados los momentos malos de la guerra, el negocio fue positivo.

Menos satisfecho, el ministro yugoslavo de Telecomunicaciones, Boris Tadic, anunciaba ayer su intención de solicitar una investigación internacional sobre el acuerdo de entrada de Telecom Italia y la estatal griega Ote en las telecomunicaciones serbias. Según Tadic, la operación fue ruinosa para Yugoslavia, por lo que el nuevo régimen espera poder renegociar la compra.

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