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La oposición cree que el caso lastra la política exterior

Pilar Bonet

Los enemigos políticos de Fischer y del Gobierno de coalición rojiverde alemán están empeñados en demostrar que el pasado del ministro perjudica la política exterior alemana y, en vísperas de su visita a Washington, han descubierto un filón.

Se trata de la presencia de Fischer en un congreso de solidaridad con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Argel en 1969, en una época en la que Yasir Arafat exhortaba a la destrucción de Israel. El semanario Der Spiegel publica esta semana unas fotos del ministro, por entonces un adolescente, en aquel evento. Ha sido el mismo Fischer quien se ha puesto a sí mismo en una posición delicada al haber declarado antes a Der Spiegel que sólo había estado dos veces en países árabes, una como turista, en 1966, y otra como ministro de Exteriores, en los años noventa. En realidad, Fischer ha estado por lo menos dos veces más en la zona: como jefe del grupo parlamentario de Los Verdes y en la Conferencia de Argel.

Cualquier relación con agresiones verbales a Israel es mala para un ministro alemán, y así lo ha dicho Edmund Stoiber, jefe del Gobierno de Baviera, según el cual la historia alemana hace inaceptable el apoyo a una resolución contra la existencia de Israel.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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