PP y PSOE congelan la renovación del Tribunal de Cuentas para pactar más cargos institucionales

Los 12 consejeros del Tribunal de Cuentas, el órgano fiscalizador de las administraciones públicas, cumplieron su mandato el pasado mes de diciembre. Su elección corresponde oficialmente y en la misma proporción al Congreso y el Senado, pero son los dirigentes de los principales partidos los que la resuelven porque esa designación requiere el respaldo de tres quintos del pleno de la Cámara, es decir el pacto entre populares y socialistas.

Los portavoces del PP y el PSOE en el Congreso, Luis de Grandes y Jesús Caldera, se han encontrado ya varias veces para intentar resolver esta cuestión. Han consensuado el nuevo reparto, que ahora favorecerá al PP por su mayoría absoluta (seis populares, cinco socialistas y uno de consenso); y también han apalabrado que no habrá vetos. Incluso han puesto encima de la mesa los nombres de los candidatos. Cuando todo parecía encaminado, la negociación se paró.

Fuentes de las direcciones de ambos partidos han confirmado que optaron por aparcar unas semanas el proceso para ampliar su ámbito de discusión. Es decir, el PP y el PSOE pretenden impulsar al mismo tiempo las renovaciones de otros órganos institucionales de extracción parlamentaria, como el Consejo de Seguridad Nuclear. El presidente de ese organismo también ha terminado su mandato. Y sus cinco miembros se repartían hasta ahora dos para el PSOE, dos para el PP y uno para CiU. Los socialistas proponen al ex ministro de Industria Juan Manuel Eguiagaray para uno de esos puestos.

El ministro de Justicia, Ángel Acebes, acudió esta pasada semana al Congreso y ofreció a los socialistas y toda la oposición un gran pacto. El PSOE asumió la parte principal de esos planes pero advirtió de que nunca aceptará el cambio que pretende el Gobierno para la elección de los 20 vocales del Consejo General del Poder Judicial, que ahora determina el Parlamento. El PP se comprometió en su programa a variar ese sistema y permitir a los jueces elegir a sus 12 vocales. Acebes reiteró esa promesa. Fuentes de la dirección del PP admitieron, sin embargo, que hasta ese escollo podría ser solventado con una solución intermedia si los socialistas se sientan a discutir en una negociación amplia.

El PSOE quiere aprovechar esas renovaciones de cargos institucionales para ofrecer puestos de relevancia a algunas de las principales figuras políticas de la anterior Ejecutiva, y con ello cumplir con la integración de pasado y presente, propuesta realizada por el secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero. El PP no está en contra de ningún nombre en concreto, sino del excesivo peso político que tiene, dicen, el conjunto de personas propuestas por los socialistas. Y por eso piden que se mezclen esos pesos pesados con otros profesionales.

El nombre de Luis Martínez Noval, ex ministro de Trabajo y ex portavoz en el Congreso, ya está pactado sin problemas para el Tribunal de Cuentas. Esa salida de Martínez Noval facilitará la incorporación al núcleo de dirección de los socialistas en el Congreso del también asturiano Álvaro Cuesta, que no es diputado pero está en la Ejecutiva. Otros nombres son Jaime González, próximo a Zapatero y ex portavoz del PSOE en las Cortes de Castilla y León; y Lluis Armet, ex responsable de Hacienda en el Ayuntamiento de Barcelona. Además, el PSOE quiere que repita en el cargo Ciriaco de Vicente.