Los derechos del alfabeto
Expertos debaten sobre tipografía y propiedad intelectual antes de la subasta de los alfabetos Euskara
El próximo 9 de marzo, la capital vizcaína acogerá una peculiar subasta en la sede del Colegio de Arquitectos Vasco-navarro. Los objetos por los que se pujará no son cuadros, joyas, ni antigüedades, sino letras. Ese día se pondrán a la venta los derechos de explotación internacional de las 15 tipografías Euskara.
Estos alfabetos, que se remontan hasta finales de la Edad Media, han subsistido a lo largo de los tiempos. Recientemente, los caracteres han sido digitalizados y cuentan, cada uno, con un programa informático que también se subastará en la capital vizcaína.
A propósito de la puja, se celebró ayer en Bilbao un debate en torno a la tipografía como producción cultural y como objeto de derecho, en el que participaron Susanne Dechant, tipógrafa austriaca; Etienne Borgos, miembro del estudio Foster & Partners, que realiza el seguimiento sobre el proyecto Metro Bilbao, y Hinrich Sachs, gestor cultural que organiza, junto a Consonni, la subasta de las tipografías Euskara.
El diseño de nuevas letras es un fenómeno emergente, aunque relativamente poco conocido. Ejemplo de ello es el metro de Bilbao, cuyo diseño ha merecido premios y alabanzas, aunque pocos se han dado cuenta de que todos los carteles y señales del suburbano incorporan un nuevo tipo de letra.
Los caracteres que se usan en la señalización del metro de Bilbao fueron diseñados por Otl Aicher, un consultor ya fallecido que trabajaba para el arquitecto Norman Foster. 'La tipografía del metro se llama Rotis y se utilizó por primera vez en un espacio público en Bilbao', aseguró ayer Borgos, quien explicó que desde el principio del diseño de la obra, allá por 1988, se tuvieron en cuenta junto a los aspectos arquitectónicos, funcionales y estéticos, la señalización y la tipografía del suburbano.
No es el caso, en cambio, del flamante Kursaal donostiarra, que firmó el arquitecto Rafael Moneo, un proyecto en el que se incorporó al final la señalización, criticó Sachs, quien añadió que 'aunque la gente no se dé cuenta, la influencia de todo lo que está escrito en los espacios públicos es muy importante'.
Susanne Dechant señaló que no es fácil elegir entre los 80.000 tipos de letras diferentes que están registrados y que el diseño de nuevos caracteres es uno de los aspectos de regeneración urbana, como ha sucedido en el caso de la ciudad de Glasgow. Allí, junto a nuevas infraestructuras, se ha estrenado un nuevo tipo de letra para carteles y señales.
Dechant destacó además la originalidad y peculiaridad de los 15 alfabetos Euskara que se subastarán en Bilbao, en una puja abierta a particulares, empresas privadas e instituciones públicas.
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