Alemania amplía el poder de los comités de empresa en contra de la opinión de la patronal
Algunas polémicas concesiones a los sindicatos, sin embargo, fueron eliminadas tras intensas negociaciones en el seno mismo del Gobierno. Werner Müller, ministro de Economía y ex ejecutivo de la eléctrica Veba (hoy fusionada en E.on), en las últimas semanas se había erigido en portavoz del sector empresarial, tan crítico con la reforma, que hasta llegó a manifestarse en las calles. En las negociaciones con su homólogo socialdemócrata y ex sindicalista Walther Riester, el independiente Müller logró quitar más de una punta al proyecto, según explicó ayer en una rueda de prensa conjunta.
Así, al menos en aquellas compañías con menos de 2.000 empleados, los integrantes de los comités de empresa ya no serán tantos como quería Riester, ni será obligatoria la constitución de un gremio central en el caso de grupos económicos que concentren bajo su manto a varias empresas. Tampoco será posible conformar un comité de empresa por votación rápida sin que ello cuente con la aprobación de buena parte de la plantilla, ni la dirección de la empresa tendrá que consultar siempre con este gremio planes de reorganización laboral que afecten a los empleados, según se preveía en el proyecto inicial. El proyecto incrementará la influencia de los comités de empresa en temas como la capacitación, las reducciones de plantilla, la igualdad de géneros y la protección del medio ambiente. A cambio de estas concesiones, Müller ha tenido que aceptar que empresas con más de 200 empleados liberen de sus tareas profesionales a al menos un integrante del comité.
Junto a otras disposiciones, esta medida podría acarrear a las empresas costes de 2.700 millones de marcos (230.000 millones de pesetas), según cálculos de un instituto de investigación económica afín a las patronales. Aunque el ministro no descartó ayer que estos cálculos fueran ciertos, al mismo tiempo defendió cual sindicalista las ventajas del régimen de cogestión: 'Gracias a los comités de empresa, en Alemania se solventó, como en pocos países, el cambio estructural de la industria automovilística de los años noventa', dijo. En grandes compañías como Volkswagen, los comités de empresa tiene casi el 50% de los votos en los consejos de vigilancia.
A juzgar por las reacciones poco entusiastas tanto de los sindicatos como de las patronales, el acuerdo alcanzado bajo el auspicio del canciller, Gerhard Schröder, es equitativo, aunque favorable a los empleados. Una patronal ayer incluso habló de 'un día negro para la historia económica alemana'.
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