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Miles de valencianos muestran su solidaridad con los inmigrantes

Ferran Bono

Detrás de la pancarta inicial, que portaban inmigrantes de diversas procedencias, algunos de los acuales forman parte del colectivo de 70 personas que mantiene el encierro de protesta en la Asociación de Vecinos de Benimaclet, desfilaron numerosos representantes de partidos de izquierda (el PSPV, EU, BNV y Els Verds) en la marcha organizada por la Plataforma d'Inmigrants y la Mesa d'Entitats de Solidaritat amb els Inmigrants. Destacaba sobre todo la presencia de militantes de EU, el partido que más se ha significado en su apoyo a la organización, según señalaron varios portavoces de ésta. Pero más numerosa fue aún la presencia de sindicalistas, como los secretarios generales de los mayoritarios CC OO, Joan Sifre, y UGT, Rafael Recuenco, además de otros dirigentes del STEPV, CGT y USO. Múltiples entidades cívicas y sociales, venidas de varias comarcas, tampoco se quisieron perder la marcha.

Una persona concitaba el interés de la mayoría de medios. Con un tono firme y un discurso que apela directamente a la dignidad y los derechos de las personas, Marcia Quizhpe, portavoz de la Asociación Hispano-ecuatoriana Rimiñahui, calificó de 'deportación camuflada' la oferta del Gobierno presidido por José María Aznar de pagar los billetes a los inmigrantes para que legalicen en sus países de origen, como Ecuador, su estancia en España. Quizhpe coincidió con el portavoz de la Asociación de Inmigrantes Marroquíes, Boughalbeb Mimi, en que si el Gobierno aplica la Ley de Extranjería, 'el artículo 39 permite sacar un contingente porque hay demanda de mano de obra, la exención del visado la puede dar la delegación del Gobierno'. Mimi cifró en alrededor de 15.000 los inmigrantes sin papeles en la Comunidad Valenciana.

El marcado carácter reivindicativo y de denuncia de la manifestación no excluyó el tono lúdico y festivo al que invitaba también el buen tiempo. El sonido valenciano de las dolçaines se mezclaba con el africano de los bongos, mientras que unos dimonis de Alboraia animaban con petardos y petardos, en la parte final de la marcha. Se agitaban banderas nigerianas, ecuatorianas, marroquíes, y de otros países junto a las señeras.

Entre la gente había políticos como la concejal socialista de Valencia, Ana Noguera, la ex diputada de EU, Glòria Marcos, el dirigente del BNV, Ferran Puchades, entre otros muchos, y escritores como Josep Vicent Marqués, Vicent Alonso, Marc Granell o Alfons Cervera.

70 minutos después de iniciarse la marcha en la plaza de San Agustín, la riada de gente desembocó en la plaza del Parterre, donde el catedrático de Derecho y Filosofía Política, Javier de Lucas, leyó un manifiesto. Como medidas más urgentes, en él se pidió a los Ayuntamientos que empadronen a todos los inmigrantes y a los sindicatos y todo tipo de asociaciones que acojan e integran a los mismos. Al Gobierno se le reclamó la revisión de las peticiones rechazadas en el proceso reciente de regularización; y a la Generalitat se le exigió que cumpla con sus obligaciones y sus promesas y así garantice la educación y sanidad a los inmigrantes.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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