Biblioteca vacía
A pesar de que fue inaugurada hace ya algún tiempo (con Infanta incluida como corresponde a ciudad tan principal), no ha sido hasta hace un par de semanas que decidí acercarme a visitar la Biblioteca Infanta Elena. Debo admitir que no esperaba gran cosa y que aun así su arquitectura, dotación y aparatejos varios me produjeron grata impresión. No así el objeto más preciado que debe existir en una biblioteca: el libro. Anaqueles medio vacíos o totalmente vacíos. Ejemplares a los que no les falta mucho tiempo para convertirse en piezas de coleccionista. Señalizaciones precarias o poco informativas, algunas ya deterioradas. Penita da la sección dedicada a periódicos y revistas por la falta de variedad en ambos a pesar del gran espacio disponible y de la comodidad de los asientos destinados a los usuarios. Un edificio que se ha quedado en pretencioso ante un paupérrimo contenido que no ha sido actualizado en años. Para esto se podían haber ahorrado las pesetas y el boato inaugural.-